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Caminata por la vida de Ambato a Quito
Una pareja de esposos caminaron 151 kilómetros en cuatro días, como protesta por una operación que Eduardo Vega esperan hace años.
Los ánimos de Eduardo Vega y su esposa Rosaura Rodríguez no han flaqueado a pesar del cansancio. Caminaron 151 kilómetros desde Ambato hasta Quito como forma de protesta por la falta de atención médica.
Un recorrido que en vehículo toma máximo tres horas, ellos lo hicieron en cuatro días al filo de la Panamericana Sur. Los acompaña la mamá de Rosaura en una silla de ruedas. Son inseparables. El paso es lento por los dolores de Eduardo en las rodillas o en la columna. “A veces hasta llora por la intensidad”, cuenta Rosaura.
Su pedido: que el Instituto de Seguridad Social de Ambato, o de cualquier otra ciudad, le realicen una manga gástrica. “No es porque quiero verme más guapo, es para disminuir mis dolores”, aclara Eduardo, de 60 años.
El tormento de este hombre empezó hace 12 años cuando se cayó mientras hacía reparaciones eléctricas en una escuela de Ambato en la que trabajaba como conserje. “Ese día me llevaron al hospital y ahí me dijeron que no tenía nada. En la noche no podía del dolor”, comenta.
Luego de también recorrer hospitales de Ambato, Riobamba, Cuenca y hasta Guayaquil los esposos lograron que lo operaran de la columna, pero su movilidad quedó comprometida. No puede caminar mucho y su trabajo se ha vuelto más difícil. Aún le faltan cinco años para jubilarse, pero le estarían descontando un subsidio de salud que lo deja con 38 centavos al mes.
LARGA LUCHA
Rosaura ya ha hecho esta travesía en seis ocasiones anteriores por la salud de su hija que sufre de la enfermedad de Crohn. “Casi se me muere, pero pude sacarla adelante con mis protestas”, dice.
Hace un par de años también caminó hasta la Plaza Grande para conseguir una operación de caderas para su madre. Lo logró. Las autoridades la escucharon y espera esta vez tener la misma suerte.