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Cámara para el 'mira quién viene'
Pareja nerviosa delató otra ‘jugada’ utilizada en los ‘chongos’ clandestinos de Guayaquil, para pasar ‘de agache’ durante los controles en pandemia.
La prostitución ilegal alrededor de la 18, popular barrio de tolerancia de Guayaquil, sigue sin freno. Tanto que la oferta de sexo sigue avanzando de cuadras y ya no se queda solo en la calle 17, tomada desde hace meses por servidoras sexuales y sus ‘chulos’.
Hace pocos días, a pocas cuadras, en la 16 y Brasil, se descubrieron casas donde en ‘corto’ se iban de ‘cuerpeo’, con llamativas mañas para despistar a las autoridades.
Un equipo de EXTRA estuvo presente en un operativo de clausura en esa intersección. En una de las dos habitaciones de la segunda planta de un inmueble, una parejita se puso nerviosa cuando agentes y funcionarios del Municipio y de la Intendencia de Policía del Guayas les pidieron abrir la puerta.
Tardaron unos dos minutos en hacerlo. Y aunque no estaban desnudos se los notó inquietos. “Solo conversábamos”, dijo él. Le preguntaron el nombre de ella y si era su amiga o su esposa. No supo qué decir...
ALQUILADITOS AL PLACER
Hubo tres detalles que hicieron sospechar a las autoridades respecto al uso de ese lugar. El primero, que el sitio ya fue cerrado antes porque allí se ejercía la prostitución.
Otra pista: a la subida de la escalera, a mano derecha, había una pantalla que mostraba cuatro ángulos de filmación de cámaras instaladas para vigilar los exteriores de la propiedad.
Como indicio final, detrás de la pared donde estaba colocado el monitor había un mesón. Encima se encontraron utensilios de baño y de aseo, como ambientadores, papel higiénico y toallitas húmedas, suficientes como para abastecer a tres sanitarios.
En la misma esquina, otros tres domicilios fueron inspeccionados y en su interior hallaron a hombres y mujeres, preservativos y harta ‘biela’.
Según el capitán de la Policía Robert Yaselga, jefe del circuito Salinas, en lo que va de este año, en los sectores aledaños a la ‘6X3’ se han detectado unos 20 ‘chongos’ clandestinos con similares características.
“Los sistemas de seguridad que han sido encontrados en estas viviendas son utilizados para alertar a estas personas, que trabajan al margen de la ley, de la presencia de las autoridades de control”, describió Yaselga.
Adicionalmente, se valen de ‘campaneros’ que se ubican cerca de las residencias para alertar de la presencia de policías o de funcionarios que estén realizando controles.
En respuesta a estas ‘vivezas criollas’, los uniformados rondan esta zona y sus áreas inmediatas para tratar de identificar más espacios que sean ‘niditos calientes’ en ‘voz baja’.
IGUAL EN EL NORTE
Desde la pandemia de la COVID-19, el servicio sexual clandestino proliferó cerca de la 18, ya que el sitio fue cerrado y abierto en algunas ocasiones para evitar más contagios del virus, lo que dejó despejado el camino para esta actividad.
El operativo realizado en la 16 y Brasil ocurrió a casi una semana de que el barrio de tolerancia fuera cerrado por última vez (10 de julio), debido a un exceso de aforo. Esta coincidencia reafirmaría que el trabajo sexual irregular se convirtió en una problemática constante.
Cynthia Burgos, especialista de control de la Dirección de Justicia y Vigilancia municipal, mencionó que en el norte de la urbe también han detectado casas de citas donde se van de ‘canchis-canchis’.
“Gracias a las denuncias ciudadanas podemos actuar en estos lugares, por eso es importante que nos informen”, añadió la funcionaria.