En el Centro Histórico de Quito se realizan cortes de mechones en plena vía pública. EXTRA lo constató la tarde del lunes 2 de septiembre de 2024 tras un recorrido en los alrededores de las calles Cuenca y Chile, a una cuadra del Palacio de Carondelet, residencia del presidente de la República.

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Este medio de comunicación fue alertado por una joven, quien ahora acude a este sector con temor y con su larga cabellera agarrada y escondida debajo de una gorra, porque -según su relato- una persona se le acercó a una compañera de labores a pedirle que le vendiera un mechón, pero cuando ella no aceptó, se lo cortó de manera abrupta, al parecer, por represalia.

Sin embargo, ese no sería el único riesgo, pues quienes se dejan convencer podrían sufrir severas afectaciones, como infección con hongos, proliferación de piojos y otros daños, según la experta en tratamiento capilar Celeste De Morales. “Seguramente agarran el cabello para hacer una cola de caballo, bien peinada (para analizar el pelo), y puede haber afectación, porque existe contacto con el cuero cabelludo”, reitera.

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La especialista agrega que estas ‘ofertas’ no serían dirigidas a cualquiera, sino a mujeres que seguramente tienen un cabello ‘virgen’; es decir, que no ha sido pintado y tampoco sometido a tratamientos que lo afecten. “Y el precio variará según la calidad: mientras más natural, es probable que paguen más”, señala.

EXTRA captó a un grupo de mujeres que aceptó la propuesta y dos de ellas se dejaron hacer el corte. Luego de la ‘transacción’, un equipo periodístico se acercó para consultar su experiencia. Ellas contaron que una señora se les acercó, les dijo que les quería comprar un mechón y que les pagarían según lo que determinaran en un análisis. Fue así que, a dos, les ofrecieron 20 dólares y a la otra $ 40. Esta última no aceptó: no quería perder ni una sola parte de su cabellera.

Celeste De Morales precisa que estos mechones terminarían en sitios donde se elaboran pelucas con cabellos naturales, que -dependiendo de la calidad- se venderían a partir de los $ 150. En Facebook, se ofertan a partir de $ 100.

La experta comenta que luego de consultar con colegas, coinciden en que hay que tener cuidado de aceptar estas prácticas en lugares sin higiene adecuada. Además, puntualiza que estas actividades, en que se busca comprar cabellos en plena vía, se veían en Colombia hace unos 20 años.

Azucena Rodríguez, visitante de esta zona, comenta que fue testigo de un incidente en agosto y dijo que -supuestamente- las personas que se portaron de manera agresiva con una joven, quien tampoco había aceptado cortar su cabellera, fueron extranjeras. Rodríguez, al igual que otra ciudadana consultada, Jahaira Agama, esperan que las autoridades controlen esta situación antes de que empeore.

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