El ecuatoriano Wilson Vinicio Paucay Guartatanga se ha planteado una misión: ir detrás de los pasos de su padre, a quien nunca conoció y que presume está en Quito.

Desde Londres, Reino Unido, donde vive ya cinco años, el hombre inició una campaña virtual con los pocos datos que posee de sus progenitores.

Sabe que su madre, Rita Paucay Guartatanga, oriunda de Logroño, en la provincia de Morona Santiago, estuvo en la capital entre 1970 y 1978. Viajó para trabajar y estudiar.

En ese lapso conoció a un señor -el papá perdido de Wilson- y quedó embarazada. “Ella no les había dado muchos detalles a mis abuelitos por el miedo a que la reprendieran”, dice.

Lo que ahora dificulta incluso más su objetivo. Pues solo se conoce que el apellido del padre es Sánchez. No tienen idea en qué parte de la ciudad vivía -o vive- y a qué se dedicaba.

Cuando Rita iba a dar a luz regresó a Morona Santiago, y tan pronto como alumbró, volvió a Quito con su niño en brazos. Seis meses después, sufrió, aparentemente, un derrame cerebral y murió. El pequeño fue a parar a un orfanato.

Sus abuelos se enteraron de que estaba en ese sitio por un anuncio de radio. “Escucharon los nombres de mi mamá y que había dejado un niño en la orfandad. Fueron por mí”, relata.

Un sueño

El deseo de encontrar sus orígenes -a su papá- fue impulsado por los hijos de Wilson, quienes en su cumpleaños 43, en noviembre, le regalaron un mapeo genético. Un examen de ADN en el que se reflejan las raíces de una persona y cuyo resultado aún está en espera.

“Ellos son los que quieren conocer a su abuelo. Yo quiero verlos felices”, agrega.

Además, hace un año Wilson perdió a su padre de crianza, quien junto a su abuela se hicieron cargo de él cuando era bebé. Por eso decidieron hacer la publicación en redes sociales -de la búsqueda de su papá biológico-, que ha sido compartida decenas de veces y ha tenido respuestas positivas y negativas.

Dura Niñez

Del rostro de su progenitora no tiene el más mínimo recuerdo ni una foto, ni una carta. Solo la posibilidad de reconocerla en la imagen de una de sus primas.

“Me dicen que se parecen mucho y mi esperanza es que alguien la reconozca”, dice.

Cuenta que su vida no ha sido nada fácil, que siempre le afectó la ausencia de sus padres y que crecer en el campo fue muy difícil.

Quizá por eso hace 20 años migró a Europa, radicándose primero en España, donde hacía labores de construcción. En Londres, ahora trabaja en una fábrica de galletas.

Comentarios

Algunos internautas le han dicho que lo que busca es la herencia de sus padres y aclara que lo único que quiere es saber si el hombre supo de su existencia. “No sé si me abandonó”, explica.

Por ello, dice que si encuentra a su progenitor viajaría de inmediato a Ecuador para conocerlo y, sobre todo, para que sus hijos tengan un abuelo.

Hasta ahora, las únicas respuestas que ha tenido son de agencias de investigación, que le han ofrecido sus servicios. “No hay tantos datos, por eso se dificulta todo. Antes no había fotos como ahora”, agrega.