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¡Un ‘búnker’ contra los ‘copiones’!
A través de un programa informático se busca evitar la filtración de preguntas de la evaluación para los aspirantes a ingresar a la universidad.
Un mecanismo no apto para estudiantes ‘copiones’. Es lo que se direcciona en el nuevo Examen de Acceso a la Educación Superior para participar por un cupo en el Sistema Nacional de Nivelación y Admisión (SNNA).
La evaluación reemplazará al Ser Bachiller, que se tomó por última vez a los alumnos del régimen Costa que se graduaron en marzo pasado, y que fue motivo de denuncias por la filtración de las preguntas.
Para evitar a los alumnos ‘sabidos’ se ha desarrollado un software de seguridad que permita blindar la prueba y tener la garantía de que no existan irregularidades.
Gustavo Salgado, director ejecutivo del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineval), indicó que el programa informático lo crearon con el apoyo de la Universidad de Carolina del Norte. Añadió que 150 personas monitorearán el rendimiento del examen, incluso se incorporará sello de agua en la prueba para identificar al sustentante.
Están casi listas los 1.400 ítems (preguntas) que han sido elaborados por el Ineval, entidad que también está a cargo de la validación, pilotaje y ajuste sicométrico del examen.
La prueba deberán rendirla solo quienes quieran ingresar a la universidad. Evaluará las áreas de Matemáticas, Lengua y Literatura, Ciencias Naturales (Física, Química y Biología) y Ciencias Sociales (Historia, Filosofía y Educación para la Ciudadanía).
El cuestionario del proceso será distribuido en 12 formas de exámenes paralelos. Al momento se analiza la cantidad de preguntas para los postulantes, que serían entre 100 y 120, las que debe responder en una hora y media.
Las inscripciones empezaron el 26 de julio y finalizarán el 2 de agosto. Los exámenes están programados para la última semana de agosto, proceso que estará en manos de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt).
“Son las mismas del examen Ser Bachiller, pero ahora no se medirán los conocimientos memorísticos, sino las habilidades que necesita un joven para acceder con éxito a la educación superior”, señaló Agustín Albán, titular de la Senescyt.
Por la pandemia de COVID-19, Salgado informó que ha hecho una encuesta a los profesores de los colegios para conocer qué contenidos no han visto en el año lectivo, para excluirlos en el examen.
“Hemos revisado que cada uno de los ítems sea contextualizado, es decir que no sean memorísticos, sino que contengan habilidades que cualquier alumno que esté por terminar el colegio pueda desarrollar perfectamente, sin necesidad de ingresar a una academia preuniversitaria”, puntualizó.
Salgado evita hablar de complicaciones en las preguntas. “No se le pedirá al bachiller que resuelva matrices o formas gráficas. La prueba trae problemas contextualizados que implican habilidades altas, donde el estudiante no solo tiene que revisar las respuestas de forma automática, sino analizar lo que se le está preguntando. Las preguntas son cortas y sencillas. No necesitarán sacar raíz cuadrada o desarrollar operaciones muy largas”, remarcó.