Firefly Aerospace ha logrado un hito histórico al completar con éxito la misión lunar Blue Ghost, marcando un antes y un después en la exploración espacial privada. El 2 de marzo, el módulo Blue Ghost aterrizó exitosamente en la superficie lunar, convirtiéndose en la primera empresa privada en lograr un aterrizaje lunar completamente exitoso. Esta misión de dos semanas concluyó el 16 de marzo, durante las cuales el módulo operó con gran eficiencia, realizando experimentos científicos clave y superando las expectativas de la NASA.

El Blue Ghost, un vehículo robótico de cuatro patas, aterrizó en la cara visible de la Luna, cerca de una antigua formación volcánica llamada Mons Latreille. La misión no solo alcanzó todos los objetivos planteados, sino que también estableció un récord al realizar las operaciones comerciales más largas en la superficie lunar hasta la fecha. El módulo operó incluso durante la noche lunar, funcionando cinco horas después del atardecer, en condiciones extremas donde las temperaturas oscilan entre los 121°C bajo el sol y -173°C en la oscuridad, lo que representa una hazaña técnica notable.

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La misión también fue clave para la NASA, ya que facilitó la recopilación de más de 120 GB de datos científicos y tecnológicos, incluyendo la primera transmisión de señal GPS desde la Luna. El módulo Blue Ghost capturó imágenes de la puesta de sol lunar y proporcionó datos sobre cómo el polvo lunar levita durante el ocaso, un fenómeno observado por el astronauta Eugene Cernan durante la misión Apolo 17. Además, registró un eclipse lunar total, un evento que proporcionó valiosa información científica sobre los efectos de los eclipses en la superficie lunar.

Will Coogan, ingeniero jefe de Blue Ghost, destacó el trabajo en equipo detrás de la misión: “Este equipo ha hecho que logros casi imposibles parezcan fáciles. No existe un alunizaje fácil, especialmente en el primer intento. Pero lo que realmente distingue a este equipo es la pasión y el compromiso mutuo”, afirmó. Blue Ghost demostró que, a pesar de ser un equipo relativamente joven, la dedicación y el trabajo en equipo fueron fundamentales para el éxito de la misión.

Al concluir su misión, el Blue Ghost pasó a lo que se denomina el ‘modo monumento’, permaneciendo inactivo en la superficie lunar, pero dejando un legado de innovación y éxito. En un emotivo mensaje, el módulo dejó una nota de despedida en la que expresó: “Aquí yace Blue Ghost, un testimonio del trabajo incansable del equipo, respaldado por sus familias y amigos, que hicieron posible esta hazaña técnica”. El módulo ahora se convierte en un símbolo de los logros alcanzados por Firefly Aerospace.

Firefly Aerospace ha alcanzado lo que muchas otras compañías privadas, como Intuitive Machines, no lograron, demostrando la fiabilidad y capacidad de sus tecnologías frente a fracasos en otras misiones. Además, Blue Ghost forma parte del programa de Servicios de Carga Lunar Comercial (CLPS) de la NASA, que tiene como objetivo fomentar la participación del sector privado en la exploración lunar.

Con este éxito, Firefly se prepara para su próximo desafío: la Misión Blue Ghost 2, que llevará su módulo a realizar operaciones en la órbita lunar y explorar la cara oculta de la Luna. La empresa tiene planes de realizar un aterrizaje lunar anual, consolidando su rol como un actor clave en la exploración espacial privada.

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