En el Guasmo de Guayaquil y zonas aledañas, durante este mes de agosto se van clausurando seis clínicas de rehabilitación clandestinas. La Policía Nacional, a través de estos cierres, descubrió una práctica que va en aumento: bandas criminales abren estos espacios para beneficiarse.

(Entérate: Funcionario del MIES despedido por engañar a vendedor ciego con un billete falso)

Este miércoles 28 de agosto del 2024, en el bloque 6 de la cooperativa Unión de Bananeros, otro centro ilegal de tratamiento de adicciones fue clausurado. En el interior había 19 ciudadanos, quienes fueron retirados del lugar.

“Había personas de diferentes GDO (grupos delictivos organizados). Pertenecen a los Chone Killers, Mafia 18”, refirió el teniente coronel Freddy Ávalos, jefe policial del distrito Sur. Varios de quienes estaban internados tienen antecedentes penales.

Según el uniformado, en esa área de la urbe han detectado que los grupos delictivos aprovechan la adicción de recicladores para venderles drogas. Luego, si quieren rehabilitarse, los ingresan a estos centros irregulares. “Se ha vuelto un círculo que manejan ciertos grupos, una especie de monopolio”, señaló Ávalos.

Fuera de una casa ubicada al lado del inmueble en el que estaban las 19 personas, el sábado 24 de agosto fue asesinado Pedro Pablo Arroyo, de 18 años. Este miércoles, en una pared, seguían sin reparaciones tres huecos provocados por los impactos de balas.

(Conoce también: Operativo en Imbabura: ¿Qué pasó con los militares detenidos con material aurífero?)

Arroyo habría estado a cargo del establecimiento irregular. “Era la persona que rendía cuentas a los jefes de los GDO y mantenía el control de estas clínicas. Era como un administrador”, dijo Ávalos.

Se sospecha que lo mataron por no haber administrado bien ese y otros centros que le encargaron. Las investigaciones de aquel suceso determinarán si esa efectivamente fue la razón para dicha muerte violenta.

Además del inmueble en el que funcionaba la clínica, los agentes policiales ingresaron en dos viviendas más. Sin embargo, en ellas no había internos. Lo que llamó la atención es que uno de esos predios estaba en precarias condiciones, como si estuviera abandonado. En el piso hallaron algunas billeteras, generando la duda si habían sido sustraídas.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad y sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!