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En Australia descubren que araña venenosa podría sanar a víctimas de ataques cardíacos
La araña de tela de embudo puede ser letal hasta para los humanos, pero su veneno podría servir para un fármaco que cure corazones afectados
La ciencia médica no se detiene. En Australia, un grupo de investigadores de la Universidad de Queensland y del Instituto de Investigación Cardíaca Victor Chang de Sydney, trabajan en un fármaco derivado del veneno de la araña de tela de embudo, que sería capaz de "reparar" el daño de los corazones de aquellas personas que han sufrido ataques cardíacos.
En la revista científica Circulation se publicaron los resultados de los estudios, que señalan que si bien estas arañas australianas usan su veneno para inmovilizar o matar a sus presas -e incluso su mordedura puede ser letal para los seres humanos-, en la sustancia estaba presente una proteína que bloquea la "señal de muerte" que se genera tras los ataques al corazón, e impediría que se active la muerte de células cardíacas.
"Después de un ataque cardíaco, el flujo de sangre al corazón se reduce, lo que resulta en una falta de oxígeno al músculo cardíaco. La falta de oxígeno hace que el entorno celular se vuelva ácido, lo que se combina para enviar un mensaje a las células del corazón para que mueran", explicó el doctor Nathan Palpant, de la Universidad de Queensland.
Además, agrega que pese a "décadas de investigación, nadie ha sido capaz de desarrollar un fármaco que detenga esta señal", por lo que las enfermedades cardíacas "siguen siendo la principal causa de muerte en el mundo".
La proteína hallada en el veneno se denomina Hi1a y actúa como una barrera protectora en los canales iónicos del corazón sensibles al ácido, por lo que el mensaje de muerte se bloquea y se aprecia una mejora en la supervivencia de las células cardíacas.
"Esto no solo ayudará a los cientos de miles de personas que sufren ataques cardíacos cada año en todo el mundo, sino que también podría aumentar la cantidad y la calidad de los corazones de los donantes, lo que dará esperanza a los que están en la lista de espera para trasplantes", comentó Peter Macdonald, uno de los autores del estudio.