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Los clientes se miden las tallas con la ropa puesta.RENE FRAGA

Fin de año: los quiteños ya buscan los calzones de la suerte

Hay de todos los precios y calidades, lo que le importa al cliente es que sea sexy y nuevo para estrenarlo el 1 de enero

Los vendedores de ropa interior se preparan con meses de anticipación para la última semana del año. En el centro de Quito, familias enteras se organizan para atender a los ‘buscadores’ de suerte.

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Los calzones amarillos son los más solicitados, cuenta Jean Tarco, quien fabrica las prendas desde octubre. “La gente siempre los busca, es una tradición de generaciones”, cuenta mientras le muestra los modelos a una clienta. “Hacemos, sobre todo, con precios cómodos porque la gente no tiene para gastar demasiado. Hay familias numerosas que se llevan por docenas”, relata.

  • LES FUNCIONA

En ese mismo local está Lola Salinas, una mujer de 50 años, quien es fiel a su tradición. “Yo me pongo rojo para el amor”, asegura.

No es la primera vez, pues dice que el año pasado usó la misma fórmula y el 2023 la trató bien en las cuestiones sentimentales. Pero la tradición es de toda la familia, también escogió un modelo –aunque más recatado– para su madre. “A ella, amarillo, para que tenga dinero”, explica.

  • EL OUTFIT NUEVO

En esos mismos pasillos también se encuentra Estefanía Imbaquingo, una clienta que se tomó un buen tiempo para elegir el mejor modelo. Su esposo –con actitud más discreta y huidizo de la cámara de EXTRA– también elige un bóxer. “Tiene que ser amarillo”, sentencia la mujer.

La producción de la ropa interior empieza en octubre.RENE FRAGA

Pero la cábala no es que la ropa interior que se usa en Nochevieja sea amarilla o roja, sino que debe ser nueva. Si es toda la parada, ¡mejor! “Yo ya tengo listo todo. No es amarillo, pero sí colores claritos para la armonía. Así se empieza el año con todo renovado”, explica Estefanía.

Es por eso que estos centros comerciales, antes conocido como Ipiales, siguen llenos de compradores aunque la Navidad ya haya pasado. “Primero vienen por los regalos, luego para comprar la ropa de Año Nuevo. Eso ha pasado siempre”, comenta Jean.

  • OTRAS CREENCIAS

A otros, como Cristina Chipantaxi, no les interesa el color de las prendas interiores, sino que sean nuevas. “Si la ropa es nueva es representación de nuevas energías, con lo que se necesita empezar el año”, dice.

Pero ella complementa su ritual colocando lentejas sobre la mesa, pues esta gramínea representa la abundancia y para que la comida nunca falte. “También me como las 13 uvas en los últimos 12 segundos del año que se va. Siempre me ha ido bien”, comenta.

Eso sí, la eficacia es atribuida a la fe que se le ponga a cualquier ritual. “Hay que pedir mucho a Dios y, sobre todo, agradecer. Así funciona”, asevera.

En las calles del centro de Quito abundan también los inciensos, sahumerios y palo santo, quienes los ofertan garantizan que la mala suerte sale ‘corriendo’ de la casa del que los use y que empiezan a “caer las bendiciones”.

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