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Cada año, Elvia Santillán realiza una dolorosa penitencia: "El Cristo del Consuelo me hizo el milagro"

En 2003, su hijo fue diagnosticado con un tumor cerebral. Desesperada, recurrió a Dios y asistió por primera vez a la procesión del suburbio guayaquileño. Tres días después, su pequeño sanó

Elvia Santillán (centro) miraba fijamente una figura de la Virgen María en la procesión.
Elvia Santillán (centro) miraba fijamente una figura de la Virgen María en la procesión.Diego Alvarado / EXTRA

A sus 47 años, Elvia Santillán camina descalza. Sus pies están sucios después de transitar durante aproximadamente dos horas en la popular y multitudinaria procesión del Cristo del Consuelo, en el suburbio de Guayaquil.

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Tratando de esquivar botellas y piedras sobre la calzada, Elvia avanza concentrada, rezando, con su mirada fija en una gran figura de la Virgen María.

Confiesa que le duelen los pies, pero por su devoción y penitencia, no abandona la caminata. En 2011 ocurrió un hecho en su vida que califica como “divino” y que la inspiró a soportar este dolor cada Viernes Santo desde entonces.

Cuando nació su hijo en 2003, recuerda que fue un parto con algunas complicaciones, por lo cual fue internado en algunas ocasiones durante su niñez. Con el tiempo, familiares y allegados le advirtieron que podía padecer de epilepsia, lo que sugería que el niño sufría de convulsiones.

Así vivió hasta que cumplió 8 años. Cansada de ver a su hijo enfermo, Santillán decidió llevarlo a un especialista, quien le diagnosticó tumor cerebral. Sin poder aceptarlo, Elvia optó por llevarlo a otro centro médico para una segunda valoración profesional, donde confirmaron el hallazgo de aquella masa de células.

Recurrió al cielo

Cansada y triste por el lamentable diagnóstico de su pequeño, acudió a Dios, recordando que su hermano iba cada año a la procesión del Cristo del Consuelo.

“Yo nunca había ido, pero ese fue el primer año que vine a la procesión... algo en mi corazón me decía ‘anda y ve’”, relata.

Tres días después de aquel viernes, debía volver al médico porque tenía una consulta con el especialista de su hijo. “El doctor me dijo: ‘tu hijo no tiene nada’. ¡Gloria a Dios, señor Jesús, el Cristo del Consuelo me hizo el milagro!”, exclamó Elvia.

Actualmente su hijo tiene 21 años, y destaca que siempre le inculca creer en Dios, pues cree que la fe mueve montañas, y ella es testigo de ello. Desde entonces, Elvia asiste cada año a esta emblemática procesión con sus hijos y gran parte de su familia. “Pido por el mundo, por la paz y por toda la inseguridad en nuestro país”, reza la señora.

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