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Alud en Alausí: La historia de un hombre que perdió a su único hijo
Álex Quito se siente impotente al saber que culminó la búsqueda de los cuerpos de las víctimas del 26M (26 de marzo). Afirma que si tuviera los ingresos, seguiría buscando a Ismael
“No tenemos dinero para poder contratar una maquinaria y cubrir los gastos por cuenta nuestra”, expresa Álex Quito (27 años), padre de Ismael (8), quien fue otra de las víctimas mortales del desplazamiento de tierra, suscitado el pasado 26 de marzo, en el cantón Alausí, provincia de Chimborazo.
Habla calmado pero acongojado, pues ya no tiene a su lado a su retoño, su amigo, su alumno, su campeón. Hace dos años él se encargó de su crianza, pues la madre del menor viajó a EE. UU. para darle una mejor vida a Ismael.
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“Ese día pasamos la mañana juntos, en partidos de fútbol. Él entrenaba en la liga cantonal, era delantero. A donde él jugaba, yo iba”. Álex era el primero en celebrar sus goles.
La casa de los Quito estaba a dos cuadras de la vivienda de la abuelita materna, María Rosario. El goleador le pidió permiso a su papá para ir hasta allá, al barrio Nuevo Alausí, norte del cantón.
Álex accedió y se fue a hacer fletes en su camioneta. Una vez que ocurrió la desgracia, quedó en shock. No pudo darle la mala noticia a su exconviviente, a quien la montaña no solo le arrebató a su hijo, también a su madre y sus tres hermanos.
El pasado 18 de junio, Día del Padre, Álex extrañó los abrazos y las tarjetas de su niño, a quien le enseñaba a tocar la guitarra. La música era una de sus pasiones. Tampoco lo vio soplar las velas de su cumpleaños número 9, el 28 de mayo.
Ambos fueron miembros de la banda Deleites Andinos. A Ismael le gustaba tocar sanjuanitos. “Él empezó a los cuatro años tocando el güiro y desde los seis fui su maestro en guitarra. Nos encerrábamos en el cuarto a ensayar”.
El 25 de diciembre del 2022, Álex tuvo un accidente de tránsito y estuvo hospitalizado más de un mes. No terminaba de recuperarse y le tocó perder a su único hijo. Cada vez que se acuerda de la pérdida, le vienen mareos y dolores de cabeza intensos.
Por la falta de oportunidades laborales, el hombre también quiso ir a Estados Unidos. Le ofrecieron ir, pero sin Ismael, por lo que él desistió de la idea, pues no quiso dejarlo solo. Ahora el menor fue quien voló, pero al cielo...
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