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¡Un alivio para los ‘duros’ del flete!
Quienes ‘taxean’ en sus carros particulares se preparan para trabajar más días ante la libre circulación vehicular
Tratará de pagar sus deudas detrás del volante. Armando Pincay está ilusionado porque ya puede hacer fletes en su carro todos los días, como en la época en que la pandemia no azotaba a Guayaquil.
Con la resolución del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Cantonal del pasado lunes, de eliminar la circulación vehicular de acuerdo al último dígito de la placa, quienes se ganan el pan haciendo carreras en sus carros particulares están ‘felizotes’.
A Pincay se le volvió todo un reto conseguir el dinero para pagar las cuotas mensuales de 222 dólares por un préstamo de dos mil dólares que mantiene. “Me he quedado mucho tiempo en casa, es hora de salir a trabajar”, refiere el ciudadano.
Por ahora maneja dos opciones para aumentar su jornada: salir los siete días de la semana y descansar apenas unas horas en la tarde, o tener un solo día libre. Su decisión dependerá de cómo ‘pinten’ las ganancias.
El hombre, quien lleva dedicado cinco años a dicha actividad, dice que su situación económica no había estado tan mala como ahora, pero que poco a poco va a ir saliendo de ese ‘hueco’ con esfuerzo.
Similar pensamiento positivo tiene Alfonso Montoya, quien incursionó inesperadamente en el taxismo informal desde marzo, cuando le tocó salir de la industria de productos químicos donde laboraba.
El hombre de 44 años y padre de tres hijos, pronostica que para obtener una cantidad razonable de plata deberá dedicarse, al menos, 12 horas a ‘taxear’. Estos seis meses en el oficio le han servido para hacer tal predicción.
“Cuando solo se podía salir una vez a la semana ganaba mucho en un solo día. Ahora, en cambio, habrá más competencia”, comenta.
Diego Miranda, igual que Montoya, también recurrió a la misma alternativa de los fletes para ganarse algo, tras dejar de formar parte de una compañía en el mismo mes. Pero en su caso hay una diferencia: hace las carreras en su moto, fuera de un mercado en el norte de la urbe guayasense.
No es el único en el lugar, pero la competencia es menos agresiva. Todos se ‘pegan’ viajes cortos con quienes salen con sus compras en mano. Solo llevan pasajeros de las ciudadelas cercanas, para poder transportar a más personas.
“Descansaré el lunes porque el domingo es el día más bueno”, explica Diego.