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Alarmante: Ni las cámaras de seguridad frenan la delincuencia en buses urbanos del Ecuador
Choferes han sido atacados y hasta asesinados por asaltantes, principalmente en Guayaquil y Durán. Transportistas piden acciones a las autoridades
Por el parabrisas, Eduardo mira atentamente a cada persona que sube al bus que conduce. Trata de fijarse si se hacen señas sospechosas, si están con una actitud amenazante, o si andan nerviosas. Él está intranquilo. Quiere evitar que lo asalten de nuevo.
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Este conductor, que lleva 30 años dedicado a la transportación urbana, tiene presente el mal recuerdo de un robo ocurrido la noche del lunes 12 de junio de 2023. Mientras circulaba por la calle 29, en el suroeste de Guayaquil, una mujer le hizo gestos para que se detenga. Él lo hizo, pero le tendieron una trampa.
“Frené, la chica subió y a lo que iba arrancando, ella hizo como que se cayó. Yo me detuve para que se pueda parar, pero se hizo para adelante y se subieron dos varones”, relata.
Uno de los sujetos lo apuntó con una pistola y le gritó que maneje despacio. “Se cogieron todas las monedas. El que me tenía apuntado revisó las guanteras de arriba, yo tenía 25 dólares en suelto y una funda con 50 dólares. Él se llevó todo. El otro saltó el sensor y asaltó a los pasajeros”.
Cuando los pillos bajaron del colectivo, se toparon con un grupo de policías que estaban cerca. Intentaron huir, pero uno de los hombres y la mujer fueron capturados. El otro escapó y lo crucial es que fue quien se llevó la plata.
Sentir un arma de fuego en la cabeza fue un impacto emocional fuerte para Eduardo. Aún tiene esa imagen en su mente, pero considera que tuvo mejor suerte que otros colegas, que han resultado heridos y hasta asesinados durante robos.
- Proyecto Transporte Seguro, obsoleto
Edison Torres Ramos, accionista de la compañía de transporte Calmore SA, cuyos buses van del suburbio al malecón Simón Bolívar, hace un llamado a las autoridades a buscar en conjunto soluciones frente a la ‘pandemia’ de robos en las unidades.
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Acota que por iniciativa propia, algunas cooperativas instalaron cámaras de seguridad en las unidades, pero reconoce que no es una estrategia del todo contundente.
“En algo puede aliviar esta situación, en parte ayuda a identificar a estos delincuentes, pero no resuelve el problema. Hay que poner botones de pánico. En algún momento, en gobiernos anteriores, se instalaron kits de seguridad en las unidades, pero ya no valen, están obsoletos, están viejos”, afirma.
Con esto el directivo se refiere al proyecto Transporte Seguro, que se implementó a escala nacional en dos fases, entre 2012 y 2014. Tenía por objetivo “incrementar las capacidades en seguridad vial y ciudadana”, indica una publicación de la web de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT).
Daniel Cárdenas Jaramillo, ingeniero civil y máster en Ingeniería en Vialidad y Transporte, fue subdirector ejecutivo de esa institución entre junio de 2021 y agosto de 2022. Durante su período de trabajo se hizo un análisis para determinar la realidad del proyecto. Esto permitió identificar falencias.
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Dice que el plan empezó mal, pues aunque se aplicó en parte para identificar infracciones de tránsito, como el exceso de velocidad, que no se permita a los pasajeros abordar las unidades correctamente, entre otros aspectos, también buscaba responder a la seguridad integral de los ciudadanos, algo que no es competencia de la ANT, sino del Ministerio del Interior y la Policía Nacional.
“El monitoreo (de las cámaras) lo hacía personal de la ANT. Ahí hubo un problema en la respuesta que se tenía que dar, porque el personal de la agencia reportaba al ECU-911 cuando empezaba a sonar una alarma”. Es decir, al detectar un robo, los colaboradores transmitían la información al ECU-911, que luego coordinaba con la Policía Nacional para que sus agentes actúen. Y ese proceso retrasaba la atención de alertas. A su criterio, lo ideal habría sido que policías también participen en el monitoreo.
El segundo error del proyecto fue que no tuvo indicadores de medición para conocer su efectividad. Además, nunca se finalizó oficialmente, para después convertirse en un programa definitivo. “La Contraloría y la Secretaría Nacional de Planificación dicen que primero tienen que cerrar ese proyecto, para poder institucionalizar otro”, explica.
Añade que una de las causas que impidieron su terminación fue que el servicio de transmisión de datos de los dispositivos de cada unidad tenía que financiarse con cuotas de los transportistas, “algo que nunca pasó”.
Detectar las deficiencias de Transporte Seguro tomó algún tiempo. Luego, cuando se quiso empezar el proceso para finalizar el proyecto, hubo un cambio de autoridades en la ANT, deteniendo el trabajo, recalca.
- Equipos en funcionamiento
Según datos proporcionados por la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM), en Guayaquil hasta el 15 de junio de 2023 se registró que 1.394 buses urbanos tienen cámaras de seguridad. Y 205 unidades del sistema de transporte Metrovía y 1.139 expresos escolares cuentan asimismo con estos equipos.
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Para Torres, frente a la inseguridad también es importante tener control en las rutas, con acciones como la presencia de policías encubiertos en los buses. En la ruta de su cooperativa, la calle 29 y también el sector de la Q son los puntos más peligrosos. “Hemos tenido conductores a los que les han roto la cabeza, los han apuñalado”.
El directivo y Eduardo coinciden en que la delincuencia en los buses se agravó luego del encierro por la pandemia de COVID-19. Sin embargo, desde mediados del año pasado hasta la actualidad los atracos se dan con más violencia. Al menos dos choferes han sido asesinados en la urbe porteña y otro en Durán.
- Casos con fatal desenlace
El 22 septiembre de 2022, el chofer de un bus que circulaba por la quinta etapa de El Recreo, en Durán, fue raptado. A cambio de su liberación pedían dinero, pero finalmente fue asesinado a tiros y su cuerpo fue encontrado en el recinto Santa Martha, kilómetro 12 de la vía Durán-Tambo.
Poco más de un mes después, al mediodía del 25 de octubre de 2022, el conductor de un colectivo fue acribillado a balas por supuestos extorsionadores mientras iba en su unidad por la avenida Casuarina, en la cooperativa Horizontes del Fortín, en el noroeste del Puerto Principal.
Aproximadamente seis meses después, el 12 de abril de 2023, el chofer de otro transporte urbano murió al recibir disparos por parte de asaltantes, durante el recorrido del colectivo por la vía Perimetral.
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