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La oficial tenía dos años de graduada y estaba a cargo del control del suministro de materiales para la unidad militar.Cortesía

Lo que reveló la autopsia de la subteniente Aidita Ati y la supuesta fiesta en el cuartel

El dormitorio en el que sucedió el crimen está con custodia policial. Abogada explica el problema de los oficiales responsables del regimiento

En el Fuerte Militar Napo, en la provincia de Orellana, las actividades se realizan con normalidad. Lo único que ha cambiado la rutina de los soldados es la presencia de cinco policías que custodian la habitación en la que dormía la subteniente Aidita Ati.

Ella fue hallada sin vida por una compañera la mañana del sábado 29 de junio. Luis Ati, padre de la oficial, contó que el comandante del cuartel le dijo que su hija murió ahogada en su propio vómito, luego de una fiesta no autorizada que se dio dentro del regimiento.

(Lea también: Aidita Ati tenía rastros de violencia en su cuerpo: ¿se alteró la escena del crimen?)

Sin embargo, la autopsia reveló lo contrario. Diario EXTRA tuvo acceso a un extracto del expediente, en el que se especifica que la causa de la muerte de la subteniente fue la asfixia mecánica.

Cuatro oficiales (dos mayores, un teniente y un subteniente) son procesados por la Fiscalía por el delito de femicidio.

El padre de la víctima pide justicia por el crimen de su hija.RENE FRAGA

Ellos indicaron en su versión que, luego de la reunión social, llevaron a Ati a su cuarto. “La habían recostado en la cama quitándole el calzado, el cinturón y desabrochando el botón del pantalón para que estuviera más cómoda”.

La jueza del caso les dictó medidas cautelares, por lo cual deben presentarse ante la autoridad todos los lunes hasta que culmine la instrucción fiscal. Por lo pronto, continúan trabajando con normalidad en la unidad de comando de apoyo logístico.

¿Los responsables del cuartel no hicieron su trabajo?

El presunto femicidio de la oficial Aidita trae a la mesa el caso de la abogada María Belén Bernal, quien fue asesinada por su esposo, el teniente Germán Cáceres, dentro de la Escuela de Policía de Quito.

En ambos casos existen varias semejanzas, sobre todo el hecho que dentro de las instituciones donde se forman las personas que van a cuidar a la ciudadanía y la soberanía del país se realizarían fiestas clandestinas, en las que existe descontrol, licor y muerte.

(Además: Cayambe: El principal sospechoso del crimen de gemelos de apenas un año )

Según la abogada Valeria Mena, es lamentable que no exista un orden dentro de estos lugares, y pone en tela de duda la capacidad de los comandantes o generales que tienen la responsabilidad de las escuelas o cuarteles.

En ambos casos se violan códigos disciplinarios. En el de Bernal, por ejemplo, no es permitido que ingresen personas civiles y menos en estado de embriaguez. En el caso del Fuerte Militar Napo, es inusual que se den fiestas no autorizadas como habría mencionado el comandante del lugar.

Durante el velorio, amigos del padre de la subteniente Aidita Ati pidieron justicia por el presunto femicidio.RENE FRAGA

Por otro lado, aunque se haya dado autorización, Mena aclaró que existen oficiales de guardia y centinelas en los cuarteles militares, quienes deben estar alertas frente a cualquier anomalía que suceda en el interior.

“Si la fiesta no estaba autorizada, debía haber militares que tenían la obligación de reportar que había gente libando”. A su criterio, la abogada indicó que se trataría de una ‘viveza criolla’ el hecho de que los militares armen una ‘pachanga’ dentro de un cuartel.

En el fondo, la experta señaló que debe haber una correcta formación en la doctrina de las fuerzas del orden, para que no vuelvan a ocurrir estos lamentables hechos.

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