Los vecinos están más que emocionados. Su entusiasmo por el ‘peloteo’, los juegos tradicionales y, por supuesto, los premios del palo ensebado que disfrutarán en La Pampa, en el cerro Santa Ana, en el centro de Guayaquil, es inigualable para la mañana de este viernes 26.

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Ya todos están listos para vestirse y ‘pintarse’ de celeste y blanco. El ambiente para bailar al son de “Guajira a Guayaquil” de Héctor Napolitano está presente, aunque aún faltan varios detalles por instalar.

Los gritos de indicaciones van y vienen a lo largo de la calle; lo bueno es que no son violentos, sino llenos de bromas y buena vibra. Desde la tarde del martes 23 y miércoles 24, un grupo de más de 15 vecinos se ha dedicado a colocar banderines de ventana a ventana, sin importarles treparse en escaleras de madera a más de dos metros de altura.

Carlitos, como lo conocen, está encaramado en un techo para colgar una bandera de Guayaquil de más de tres metros de ancho, y lo hace sin descanso. Desde otros balcones o ventanas le indican si debe ajustar la bandera más arriba o más abajo. Lo importante es el ambiente familiar que se siente en el lugar.

Pero esto no comenzó recientemente; según Giovanny Medina, uno de los residentes, la tradición lleva aproximadamente 75 años. Giovanny, de 55, solía liderar el grupo de entusiastas del barrio. Él afirma que ha vivido toda su vida en este sector y que la emoción llega con el mes de julio.

“No hay cosa más bacán que lo que se hace aquí. El día de la fiesta estamos despiertos desde bien temprano para ultimar los detalles”, comenta Giovanny.

¿Y cuáles son esos detalles? Pues instalar el parlante y ‘encachinarse’ para las competencias, como lo hacen los más pequeños con el tradicional ‘peloteo’.

Giovanny explica que para hacer todo esto, recogen dinero entre todas las familias del barrio, que superan las 500. No es mucho lo que aportan: a veces un par de dólares, fundas de arroz, azúcar y otros víveres para el palo ensebado. “Lo importante es que todos colaboren”, dice Giovanny, que lleva un gorro de Barcelona, uno de los dos equipos de fútbol emblemáticos del Puerto Principal.

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Sin embargo, en 2024 se han enfrentado a dificultades debido a la situación económica de los vecinos. “Fuera bueno que el Municipio colabore así sea con un galón de pintura o banderines, ya que es un lugar turístico”, sugiere Giovanny.

Pero ellos no se rinden ni lloran sobre la leche derramada. Le ponen empeño y continúan con su labor.

Entre los juegos programados para la mañana están la carrera del huevo con cuchara, los ensacados, un partido de fútbol y la elección de la Niña Bonita. “A todas las niñas que participan en el reinado se les dará un dinero para que ninguna se sienta excluida. Y a los ganadores de los juegos también se les premiará con plata”, asegura Giovanny.

Los atractivos turísticos del barrio emblemático no terminan ahí. Al pie de un mural pintado por los propios vecinos, que será mantenido después de instalar todo, se encuentra un bar de madera que le regalaron a Carlitos. Este exhibe botellas de whisky, vino y otros licores, pero vacíos, solo como adorno. Sin embargo, el verdadero encanto del lugar es un teléfono de rueda que también decora el sitio.

La alegría es tanta que los vecinos hasta posaron para una foto junto al bar. ¡Qué dicha celebrar la Perla al pie del río Guayas!

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