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En su vida musical tiene grabados 8 discos de larga duración y 25 sencillos.Jaime Marín/EXTRA

50 años entre melodías y acordes

Jorge Terreros pagaba 2 sucres semanales por su requinto, instrumento que lo llevó a la fama y a integrar duetos y tríos. Tiene ocho nietos, quienes siguen su legado

La vida como músico para Jorge Terreros comenzó a los 5 años. Con un madero y unas tapas de ollas simulaba una guitarra y platillos, así acompañaba las canciones que interpretaban sus padres, el violinista Luis Terreros y Alejandrina Ortiz, la primera voz del coro de la iglesia de Gualleturo (Cañar), parroquia de la cual es nativo.

A los 10 años emigró a Cuenca. Vivía con una tía y una destartalada guitarra.

En la década de los 60 participó en concursos musicales de radios azuayas. Cuenta que fue Rafael Carpio Abad, autor de la ‘Chola cuencana’, quien se convirtió en su maestro y lo ayudó a perfeccionar su arte.

Con el ruiseñor de América

Con 23 años acompañó en presentaciones al Ruiseñor de América, Julio Jaramillo, con su requinto de 120 sucres. “Fue en la década de los 60 y 70, en Cuenca. Interpretamos las canciones ‘El mendigo’, ‘Carnaval de la vida’, ‘Chica linda’, rememora el artista de 73 años, quien al regresar a esos tiempos suspira, pues recuerda el instrumento que adquirió pagando 2 sucres por semana, cancelándolos con el fruto de su trabajo. La compra la hizo el artesano Vicente Baculima (fallecido), cotizado por su excelente mano de obra.

Junto con su hermana Gerardina formaron el dueto Hermanos Terreros y cantaron temas de la autoría de Carpio Abad. La melodía de aplausos crecía.

“Dios ha sido bueno conmigo”, manifestó el artista tras indicar que las primeras grabaciones surgieron entre los años 70 y 72, en los desaparecidos acetatos, que en esa época los producía el sello discográfico Fénix.

Instrumentos ‘salados’

Sonriente relata que le sobrevinieron decenas de presentaciones, no solo en Ecuador, también fuera de él, siempre tocando música nacional.

Su talento hizo que con el paso del tiempo lo apodaran ‘el requinto de oro’. Al parecer la ‘chapa’ motivó a que la gente pensara que su instrumento de 120 sucres, era de oro, y se lo robaron, narra Terreros entre carcajadas.

“Luego compré en 980 sucres un requinto elaborado por el maestro Hugo Chiliquinga, el cual no pude estrenar porque me lo rompieron antes de una presentación musical”, señaló el músico mientras mostraba fotografías, trofeos y premios que avalan su trayectoria artística, todos colocados en la pared de su vivienda.

Junto a Andrea va al rincón de sus recuerdos donde están sus discos y reconocimientos.Jaime Marín/EXTRA

Formó parte del Trío Los Cristales, de la Estudiantina Atenas, hasta convertirse en el guitarrista oficial de la Hermanas Mendoza Suasti y de los Hermanos Villamar. Acompañó en las presentaciones a Pepe Jaramillo, hermanos Jervis del Trío Los Embajadores.

La lista de artistas y cantores a los que acompañó en sus shows y grabaciones, es infinita, pero su mayor orgullo se centra en el camino que siguen sus nietos para mantener la herencia musical. 

Quinta generación de artistas

Jorge Terreros es padre de Maritza y Andrea, quienes también se dejaron seducir por la música. Reconoce que le llena de satisfacción ser el maestro de sus ocho nietos (siete varones y una mujer), todos menores de edad, quienes son la quinta generación de los Terreros que heredan esta pasión.

Su hija menor, Andrea, asegura que desde pequeña lo veía y admiraba tocando el requinto.

Ella y el resto de sus familiares músicos, incluidos los nietos del artista, le rendirán un homenaje por sus 50 años de carrera profesional. El concierto será virtual y se efectuará el 6 de noviembre desde las 20:00.

“Aspiro a llegar lejos como él, aunque lo mío es cantar boleros y valses de manera profesional”.Andrea Terreros, hija