El 10 de mayo de 2024 se convirtió en una fecha difícil de olvidar para la cantante Dayanara, quien se vio envuelta en una polémica que la afectó profundamente. Aquel día, la artista fue contratada para presentarse en una fiesta en una hacienda en Guayaquil, sin saber que horas más tarde, ese evento sería denominado la 'narcofiesta'. La intervención policial que siguió a la celebración descubrió armas de fuego, vehículos de lujo y resultó en la detención de Jacobo Bucaram Pulley, hijo del expresidente Abdalá Bucaram.

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La presencia de Dayanara en ese evento desató una oleada de críticas y ataques en redes sociales. Los haters no perdieron la oportunidad de lanzarle comentarios hirientes, acusándola sin pruebas de estar vinculada con el mundo del narcotráfico. Esta situación la llevó a un estado de profunda tristeza y aislamiento, al punto de no sentirse capaz de enfrentar a los medios de comunicación ni a su público.

Durante semanas, la intérprete de El Karma prefirió el silencio. Según confesó recientemente en el pódcast Jo-Da, que conduce junto a su esposo, el actor Jonathan Estrada, este periodo fue uno de los más duros de su vida. "Me dijeron muñeca de la mafia, dijeron muchas cosas feas de las que no me quiero acordar", reveló la artista, visiblemente afectada por el recuerdo de esos días. A pesar de la insistencia de la prensa y de los rumores que comenzaron a circular, Dayanara optó por no dar declaraciones, ya que consideraba que no estaba emocionalmente preparada para enfrentar la situación.

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Fue recién el 11 de julio, en los Premios Heat, cuandodecidió romper su silencio en una entrevista con Telemundo. En ese momento, ya había transcurrido el tiempo suficiente. Sin embargo, su decisión de hablar primero con un medio internacional generó especulaciones y críticas, especialmente en las páginas de farándula, donde se insinuó que la artista había mostrado preferencia por la prensa extranjera.

Ante estas acusaciones, Dayanara aclaró en su pódcast que su decisión de hablar en los Premios Heat no fue un acto de favoritismo hacia los medios internacionales, sino que simplemente consideró que, tras pasar un tiempo prudente, se sentía lista para compartir su versión de los hechos. 

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