A sus 42 años, Segundo Alejandro Castillo es el ‘bombero’ de Barcelona: apaga el fuego en el equipo cuando los técnicos principales se van. Ya está acostumbrado a esta dinámica, lo que se refleja en el ‘outfit’ (atuendo) que elige cuando tiene que dirigir al Ídolo.

Lea además: Jorge Pinos rompe su silencio y desmiente a Luis Chango: “No estoy preso”

No se confunda, esta entrevista no es sobre tácticas, sino sobre moda futbolera y otros aspectos, ya que al mundialista de Alemania 2006 le gusta vestir bien sin gastar mucho dinero.

Castillo asiste a una iglesia evangélica y, al iniciar su nueva etapa con los amarillos, invitó a un pastor para que impartiera la palabra de Dios al plantel, tras la crisis de resultados que vivieron bajo el mando del técnico argentino Ariel Holan.

El día que llegó el pastor evangélico antes del entrenamiento, ¿qué pasó?

Siempre creo que el equipo tiene mucho sentimiento, es un grupo muy humilde. A veces los resultados no se dan, pero lo que pasó ese día fue algo espiritual, una liberación de dudas.

Poco se ve eso en los clubes.

Ese día fue con un pastor, pero siempre tenemos a Molacho (Francisco Zapata, utilero del equipo) que nos inyecta también toda esa buena energía. Lo que vivimos aquel día fue algo lindo y la gloria es para Dios, porque Él es quien nos tiene bien y nos permite estar con salud para conseguir nuestros objetivos, no solo en lo deportivo, sino también en lo familiar y personal.

Inyectarle fe también a los jugadores es importante.

Cuando te levantas, lo primero es dar gracias a Dios y pedirle fe y entusiasmo para ir por lo que quieres.

Son temas que poco se tratan con los entrenadores y jugadores.

Hay que dar gracias al Todopoderoso; al final todos somos iguales y necesitamos de Él.

Dejamos lo sublime por lo terrenal. ¿Chocolate o Mortero, cuál es el apodo oficial?

La gente me ha identificado mucho con los dos, creo que el oficial es Mortero, pero no está en la cédula.

¿Y el Chocolate, de dónde nace?

Eso comenzó al final de mi etapa de jugador. Cuando estás teniendo posesión de la pelota ante los rivales, uno dice: “Le di chocolate”. Era algo que siempre expresaba y ahora más me dicen Chocolate. Ahora tengo dos nombres y dos apodos; no se puede pedir más.

Segundo, cada vez que sales a la cancha, eres tendencia por tu forma de vestir.

Creo que uno tiene que estar a la altura del lugar, nada más. Que la gente diga cosas sobre eso, hay que tomarlo con buen sentido.

En el último Clásico hasta sacaron cuenta que su ‘outfit’ estaba valorado en 8 mil dólares.

¡No! Eso no es así. Mejor aclaremos eso en EXTRA. Ya le subieron el precio. De pronto llevaba ropa de ocho dólares y le subieron a ocho mil. No, nada que ver; visto barato. Creo que sí tenía unos $200 o algo más.

Y a la hora de elegir la ropa, ¿su esposa lo apoya?

Sí, la familia siempre está ahí. Las mujeres son más detallistas en esos temas. Uno se deja guiar, pero siempre están viendo todos esos detalles. Por cierto, no estamos hablando nada de fútbol, ya era hora.

¿En alguien te fijas para la pinta?

En nada; mi esposa es la que me ayuda en cuanto a la vestimenta. Si ella me ve lindo, basta y sobra. Siempre se fija en cómo debo estar vestido. Hay que estar a la altura del lugar donde se está. Entonces, trato de dar una buena imagen hacia mis jugadores y hacia el público.

Humildemente con glamour.

Desde esa parte también hay que empezar a ganar los partidos.

¿Y qué pasó con los zapatos grises que compraste de Egipto?

Sí, eran egipcios. Eran los zapatos que llevé el año pasado. Les estamos dando descanso. Eso fue de un viaje que hice hace años y los tenía guardados, de una gira con la selección.

¿Compras ropa en la Bahía donde hay buenas réplicas?

En su momento también compré en la Bahía. Al principio iba porque hay linda ropa. Después fue creciendo en lo deportivo y salí del país. Ahora, si voy, seguro que no voy a comprar, porque el tiempo se lo llevarán los seguidores de Barcelona; además, si le compro a alguien, el otro se resentirá, y eso sería un problema.

¿Pero sí te das una vuelta de vez en cuando?

A veces, pero rápido.

¿Escoges la ropa o hay días en que usas lo primero que encuentras en el clóset?

Cuando tengo que salir con la familia, me pongo una camisa y un capri, y no hay drama. Lo que sea que me guste, no tengo problema. Aclaremos algo: la verdad es que no tengo problema, ni soy tan especial en cuanto al tema de la ropa. Trato de ser lo más sencillo, y lo más importante es transmitir lo que uno tiene que transmitir: el campo de juego y hacia sus jugadores.

Pero es que siempre se fijan cómo estás vestido.

Creo que sí, solo me río. Como ahora, que no has preguntado nada de fútbol.

El fútbol puede esperar.

No creas, tenemos un partido muy complicado ante Delfín (este domingo). Hay que salir a ganar, porque hasta ahora no hemos ganado nada. Por cierto, que la gente sepa que necesitamos de su apoyo; los esperamos en el Monumental.

Para más noticias de este tipo, ¡SUSCRÍBETE A EXTRA!