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Barranquillazo: Así fue la 'chuma' que hinchas ecuatorianos se pegaron
Los tricolores en el estadio Metropolitano fueron solo el 1% del aforo total. Gritaron por lo alto la victoria conseguida 59 años después
La noche del 19 de noviembre de 2024 será recordada por muchos hinchas ecuatorianos como una de esas experiencias que, aunque fugaces, se quedarán grabadas en la memoria para siempre. Fue la noche en la que nunca se dejó de alentar, donde el nerviosismo, la emoción y la alegría desbordante se juntaron.
Y es que fueron pocos en el estadio Metropolitano de Barranquilla, tal vez no más de 500 hinchas tricolores, todos dispersos entre las localidades; aun así su presencia se hizo sentir como si fueran miles. Desde los primeros minutos las banderas ecuatorianas ondearon con fuerza, hasta el verdadero estallido al minuto 7, cuando Enner Valencia, como auténtico goleador histórico, anotó el gol que puso fin a una racha de 59 años sin ganar en calidad de visitante.
“Fue un momento único, especial, maravilloso; ver anotar a la Tri en medio de una multitud colombiana (el Metropolitano tiene aforo para 46.692 personas), y de la forma cómo se dio, es algo que ya queda como una huella eterna imposible de olvidar”, decía emocionado el guayaquileño Juan Flores.
Otro hincha tricolor que desbordó de emoción fue Jhon Figueroa, quien con una ‘helada’ confesó que la noche del martes iba a seguir disfrutando “El Barranquillazo”, como muchos ya bautizaron a la gesta tricolor en Colombia.
“No te imaginas lo que es haber gritado el gol y sufrir todo el partido rodeado de colombianos. Es algo imborrable; esta alegría no me la quita nadie”, dijo el emocionado hincha tricolor.
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El gol de Enner fue un grito contenido por unos, y una exclamación de liberación para otros. En las gradas, los más afortunados no dudaron en desatar su júbilo con todo: saltaron, gritaron, cantaron y se abrazaron entre ellos, sin pensar que eran una minoría en un estadio lleno de colombianos. En sus rostros se reflejó la sensación de estar viviendo un sueño hecho realidad, el sueño de ver a Ecuador vencer a su archirrival en su propia casa y dar un paso gigante hacia la clasificación al Mundial.
Gritos ahogados
Pero no todos pudieron explotar su alegría con tanta libertad. Muchos hinchas tricolores, atrapados entre la multitud colombiana, no tuvieron más opción que tragarse el grito. Y es que la tensión estaba en el aire, la necesidad de mantener la compostura en medio de la multitud cafetera fue muy palpable.
Se podía resumir la escena en que los ecuatorianos eran pequeños islotes en medio del mar de colombianos. Los ojos se llenaron de lágrimas, los puños se apretaban con fuerza y, aunque el grito de gol se ahogó en las gargantas, la emoción fue imposible de esconder. Aquellos que estuvieron rodeados por los colores amarillos y azules de Colombia sabían que, a pesar de estar “camuflados”, su alegría era tan grande como la de los más ruidosos.
“Me tocó tragarme el grito, no quería dar chance ante tanto colombiano; tocó ser respetuoso porque a nadie le gusta que le griten un gol en la cara, en tu estadio, y en medio de un carnaval que ellos habían armado”, confesó Luis Alberto Vera, un hincha manabita.
Aunque con 5 minutos de adhesión, Ecuador había ganado. La tabla la victoria marcaba tres puntos más, pero en el corazón del hincha que estuvo en Barranquilla fue más que eso. La Tri había logrado llenar los corazones de aquellos que, con valentía, cruzaron fronteras y se enfrentaron a la multitud para vivir uno de los momentos más importantes en la historia reciente del fútbol ecuatoriano. Sí, no se celebró con toda la euforia que se hubiera querido en ese estadio, pero a lo lejos resonaba una sola voz: ¡Sí se pudo!
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