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El vacío en las aulas y el distanciamiento en los parques reflejan el impacto de la pandemia en la educación y las relaciones sociales de los jóvenes.CANVA

Pandemia y juventud: ¿Cómo ha afectado el COVID a los adolescentes?

Adolescentes y jóvenes sufren las consecuencias de la pandemia, con problemas en su desarrollo emocional, académico y social.

La pandemia de COVID-19 ha dejado huellas profundas en la juventud, afectando especialmente a aquellos que vivieron largos períodos de confinamiento, aislamiento y adaptación a nuevas modalidades educativas. Los adolescentes y jóvenes de la llamada "generación COVID" son los más afectados por las secuelas de esta crisis, que se traducen en problemas de salud mental, dificultades en el aprendizaje y una marcada desconfianza en las interacciones sociales.

Según UNICEF, la pandemia ha tenido un impacto considerable en la salud mental de los adolescentes, particularmente en aquellos que se encontraban en la transición hacia la adultez. Entre los efectos más notables se incluyen el aumento del estrés, la ansiedad, la depresión y la soledad.

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Las restricciones impuestas, el cierre de escuelas y la interrupción de actividades sociales dificultaron la interacción entre los jóvenes y su acceso a recursos educativos. Esto no solo agravó problemas emocionales preexistentes, sino que también originó nuevos trastornos, como el aumento de la tristeza y la desesperanza.

El psicólogo Manuel Muñoz, de la Universidad Complutense de Madrid, señala que las restricciones afectaron a los jóvenes entre 15 y 29 años, con un aumento de autolesiones, suicidios y trastornos alimenticios. Además, la creciente dependencia de las redes sociales y las consolas ha exacerbado los problemas de sociabilización.

El impacto del COVID-19 en los adolescentes y jóvenes es una crisis multidimensional que no solo afecta su salud mental y académica, sino también su capacidad para interactuar socialmente. Es esencial que se prioricen medidas de apoyo psicológico y educativo para mitigar estos efectos. Instituciones educativas, organizaciones de salud y gobiernos deben colaborar para proporcionar recursos que ayuden a los jóvenes a superar estos retos.

Para superar las secuelas de la pandemia, es necesario crear un entorno seguro y de apoyo que permita a los adolescentes reactivar su desarrollo social, emocional y académico. Si bien algunos han logrado adaptarse a la nueva normalidad, muchos aún enfrentan desafíos significativos. Es fundamental no perder de vista su bienestar integral y asegurar que reciban la ayuda necesaria para superar esta etapa crítica en sus vidas.

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