En la tarde del 18 de septiembre de 2024, en el sector Chillogallo, del sur de Quito, se registró un accidente que resultó en la trágica muerte de un hombre, de 50 años. El perjudicado era pasajero de un autobús público, desde donde cayó, en la calle El Tránsito. 

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El chofer del vehículo, de 48 años y con una carrera de más de dos décadas como conductor profesional, fue detenido poco después del accidente. La policía lo aprehendió luego de realizarle una prueba de alcoholemia, que arrojó un resultado negativo, descartando así que estuviera bajo los efectos del alcohol. El hombre se acogió a su derecho al silencio durante la audiencia de flagrancia, celebrada el 19 de septiembre.

En la audiencia de calificación de flagrancia, que tuvo lugar en la Unidad Judicial Penal de Quitumbe, las pruebas presentadas por la Fiscalía incluyeron el parte policial que describió los hechos y los testimonios recabados en el lugar del accidente. Sin embargo, la Fiscalía reconoció que aún no se puede determinar con exactitud la dinámica del accidente ni la responsabilidad del conductor, por falta de pruebas concluyentes que expliquen cómo ocurrió la caída del pasajero.

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En este caso, la Fiscalía solicitó que se revisaran las cámaras de seguridad dentro del autobús y se realizaran pruebas toxicológicas tanto al conductor como a la víctima, para obtener más claridad sobre lo ocurrido. En una primera prueba, el pasajero fallecido habría tenido rastros de alcohol.

El juez a cargo, tras escuchar los argumentos de la Fiscalía y la defensa del conductor, concluyó que no había suficientes elementos para calificar el caso como flagrancia. No obstante, debido a la gravedad de los hechos y la necesidad de esclarecer la causa de la muerte del pasajero, se decidió que el caso entrara en fase de investigación previa. 

Entre las medidas tomadas, se ordenó la realización de nuevas pericias, incluyendo la revisión de las cámaras de seguridad del autobús y la obtención de informes toxicológicos.  Al finalizar la audiencia de formulación de cargos, al quedar el caso en investigación previa, se dispuso la libertad inmediata del conductor,  siempre y cuando no tuviera otras causas pendientes ante la justicia.

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