Froilán Ortiz ha soportado un golpe que ningún padre debería recibirlo: el crimen de su hijo Cristofer, de 28 años. A este hombre que reside en el cantón Shushufindi, en Sucumbíos, le dieron la fatal noticia durante la noche del 9 de octubre cuando ocurrió la masacre de la que fue víctima su ser querido.

Ortiz contó a EXTRA los minutos de terror que vivió esta fatídica fecha que dejó a cuatro personas muertas. “Mi hijo salió de la casa a eso de las siete y treinta. Estuvo en un sitio que lo conocemos como La Olla (en el barrio Miraflores)”.

El apelativo de ese lugar se debe a que ahí llegan consumidores de droga, según Froilán Ortiz. Incluso aseguró que su hijo era uno de ellos pero que hace seis meses ya no lo hacía, por lo que se estaba rehabilitando. “Yo creo que estuvo acompañando a alguien que no debía. Estuvo en el sitio y hora equivocados”, dedujo el angustiado padre en su conversación con este medio.

Ortiz vive a tres cuadras de La Olla, por lo que después de media hora que salió su hijo se escuchó la balacera. “La verdad se oyeron unas detonaciones terribles. Eso nos hace pensar que usaron fusil (los asesinos)”.

El temor hizo que la gente se escondiera, por un momento, dentro de sus domicilios. Una vez que el ataque cesó, decidieron salir. Al tiempo, se llamó a la Policía para que tomara procedimiento, al igual que miembros de las Fuerzas Armadas.

En su desesperación, Froilán Ortiz corrió hasta el lugar de los hechos y confirmó que su hijo estaba entre las víctimas mortales. Pero lo peor vendría cuando se dio cuenta que Cristofer fue quien llevó la peor parte.

Ortiz miró el panorama desolador que dejó esta matanza. “Otras tres personas resultaron fallecidas a más de mi hijo”, acotó este padre, quien destacó que Cristofer ya no formaba parte de las personas que consumían droga.

Es más, el joven había estado trabajando en una empresa palmicultora. “En esa compañía los llaman por temporadas y estaba esperando que lo contrataran nuevamente”, acotó.

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Cuando el habitante revisó el cuerpo de su hijo, se dio cuenta de que le habían cortado la cabeza. El dolor se acrecentó porque no sabía la razón por la que los sicarios se ensañaron de esa manera con su familiar.

Fue en ese momento que la desesperación se apoderó de Froilán Ortiz e hizo una dramática publicación en Facebook. “Por favor, esta noche mataron a mi hijo, decapitándolo, y se llevaron su cabeza. Por favor, alguien que la encuentre, por favor, avisarme al teléfono (…). Esperando una pronta respuesta”.

Hasta el cierre de esta noticia, el cuerpo de Cristofer seguía incompleto, explicó su padre. “Eso es lo que más me duele, que así no podremos hacerle un sepelio como Dios manda”.

El joven junto a las demás víctimas fueron llevadas hasta el Centro Forense de Lago Agrio, también en Sucumbíos. El padre del fallecido esperaba que alguien se contactara con él para decirle dónde estaba la parte que le faltaba.

Pero, por el momento, debía ir hasta la morgue para realizar los trámites correspondientes por este macabro hecho que no ha dejado personas detenidas.

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