En dos operativos efectuados en las últimas horas en Guayaquil, ocho sospechosos de secuestros fueron detenidos. Según datos policiales, al menos hubo tres víctimas de sus fechorías.

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En el primer caso, una mujer que había tomado un taxi amarillo en la Alborada, luego fue intimidada por sujetos que el conductor dejó subir más adelante. Los pillos cargaron dando vueltas por la ciudad a la mujer, mientras la intimidaban para que acceda a sus peticiones.

“La obligaron a que entregue las claves de su teléfono y se realizaron transferencias de dinero”, indicó el coronel Henry Herrera, jefe de la Policía Judicial en la zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón). El perjuicio de aquellas transacciones, hechas a través de aplicaciones bancarias, fue de 7.000 dólares.

Después de que los malhechores cumplieron con su propósito delictivo abandonaron a la dama en El Recreo, ciudadela ubicada en el cantón Durán. El hecho fue conocido por agentes de la Policía Judicial y de la Fuerza Investigativa Contra la Extorsión (FICE), quienes iniciaron acciones investigativas para dar con los implicados.

“Lograron ubicar a dos de estas personas, que habían sido las que se apropiaron del dinero. Una mujer y un hombre fueron detenidos en este primer operativo. Se allanaron dos domicilios para ubicarlos y se encontraron algunos elementos, entre esos un vehículo que habían utilizado, un carro rojo”, refirió Herrera.

Posteriormente, en la continuidad de las investigaciones, los uniformados pudieron identificar y ubicar en el centro de Guayaquil a seis sujetos que también tendrían participación en el secuestro. Estaban a bordo de tres carros: el taxi, un auto Chevrolet Aveo y otro coche.

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“Mientras realizábamos las aprehensiones, en uno de estos vehículos fueron encontradas dos víctimas más, que en ese momento se las estaban llevando a ser perjudicadas”, recalcó Herrera. Aquellos afectados también fueron retenidos bajo la misma modalidad: abordaron un taxi, en el que después los raptaron.

Los ocho capturados en total son adultos, cuyas edades están entre los 20 y 34 años. Tres de ellos registran antecedentes penales por robo y tráfico de sustancias sujetas a fiscalización.

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