Lo que comenzó como una relación tensa entre el presidente Daniel Noboa y la vicepresidenta Verónica Abad, con el tiempo se transformó en un vínculo problemático lleno de acusaciones. Noboa y Abad se unieron políticamente durante las elecciones presidenciales anticipadas de 2023, que se llevaron a cabo tras la muerte cruzada decretada por el expresidente Guillermo Lasso, la cual disolvió la Asamblea Nacional.

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Para ese momento, Daniel Noboa tenía experiencia en el ámbito público como asambleísta por Santa Elena, mientras que Verónica Abad había sido candidata a la Alcaldía de Cuenca. Durante la etapa de registro de candidaturas presidenciales, el binomio Noboa-Abad fue el primero en inscribirse.

Se registraron bajo la coalición Alianza Democrática Nacional (ADN), con el apoyo del PID y Mover, este último recientemente eliminado del registro de organizaciones políticas. Aunque la primera vuelta fue discreta para Daniel Noboa y Verónica Abad, lograron avanzar al balotaje junto al correísmo, representado por el binomio Luisa González-Andrés Arauz.

Finalmente, Noboa y Abad lograron imponerse en la segunda vuelta electoral, superando al correísmo e iniciando una relación con la vicepresidenta que, aunque al principio fue discreta, se tornó tensa.

En entrevista con Diario EXPRESO, la vicepresidenta Verónica Abad repasó lo que para ella fue el inicio de los desencuentros con el presidente Daniel Noboa.  Según Abad, el resquebrajamiento de la relación con Noboa comenzó antes de que asumieran el poder, cuando en la Asamblea Nacional iniciaron los diálogos para elegir a sus principales autoridades.

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De acuerdo a la ley, previo a la sesión de transmisión de mando presidencial, la nueva Legislatura se instala para elegir a sus autoridades, quienes liderarán la posesión del nuevo mandatario. Esto ocurrió el 17 de noviembre de 2023, cuando el nuevo pleno de la Asamblea Nacional se instaló y eligió al socialcristiano Henry Kronfle como presidente del Legislativo.

Asimismo, se conformó el Consejo de Administración Legislativa (CAL) con dos asambleístas del correísmo, dos del oficialismo, otro socialcristiano y uno de Construye. Para Abad, esta fue la primera señal de un hasta entonces no reconocido acuerdo entre el Gobierno de Daniel Noboa, el correísmo y el Partido Social Cristiano (PSC).

Este acuerdo luego se hizo evidente con la designación de las presidencias de las comisiones especializadas permanentes. De acuerdo a Abad, Noboa habría tomado la decisión de aliarse con el correísmo y el PSC, "saliéndose totalmente de una propuesta distinta".

Además, cuestionó la alianza, afirmando que "la nueva política es no seguir el continuismo, es no seguir haciendo lo mismo que hemos fallado en democracia en Ecuador durante casi 60 años".

Aunque reconoció que el diálogo era necesario para impulsar la agenda parlamentaria del presidente, la vicepresidenta cuestionó la transparencia de estas conversaciones. "La pregunta es si (el pacto) está haciendo algo en el Ecuador. ¿Lo estamos palpando ya en resultados?", afirmó. En declaraciones recientes durante su gira por Europa, el presidente Daniel Noboa expresó su desacuerdo con la postura de Abad hacia su Gobierno.

"No estoy de acuerdo con su comportamiento", afirmó Noboa, reafirmando su potestad para designar las funciones que considerara convenientes para la vicepresidenta Abad. Por ello, según explicó, la envió a Israel para que medie por la paz con Palestina como embajadora.

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