Combatir la inseguridad es el objetivo en las 44 parroquias de Tungurahua y, por ello, sus habitantes se están organizando y adoptando sus propias reglas para ‘frentear’ al hampa.

Entre las medidas que han aprobado están las de realizar rondas nocturnas y no arrendar viviendas a extranjeros. Además, han decidido ‘purificar’ a todo sospechoso que encuentren cometiendo algún delito.

Alfredo Capuz, de 79 años, quien habita en el sector de Santa Lucía, del cantón Tisaleo, aseguró que se están retomando las rondas, como lo hacían hace unos diez años.

En estas rondas nocturnas que hacen tres veces a la semana participan directivos, comuneros y en muchas de las ocasiones hasta los policías. Se agrupan entre diez personas y recorren un límite asignado.

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Hugo Chachi, directivo de la comunidad Bellavista, en el cantón Tisaleo, expresó que los frecuentes hechos delictivos, sumado al temor ciudadano y la poca credibilidad en las entidades encargadas de ejercer justicia, los han obligado a ‘blindarse’.

Para el presidente del Consorcio de las Juntas Parroquiales de Tungurahua (Conogopare), Amable Chaluis, la llegada de los extorsionadores a las comunidades rurales es preocupante y por eso es que en las parroquias han visto la manera de organizarse y proteger sus territorios, porque están cansados de la inseguridad.

Raúl Vayas, presidente de la Confederación de Juntas del Campesinado del país, sostuvo que “buscamos recuperar los valores y entre los campesinos cuidarnos unos a otros. Solo nos defendemos de la gente que llega hacer daño a la comunidad”, dijo.

En Quisapincha también han aplicado un ‘toque de queda’, pues no pueden ingresar o salir de sus sectores a partir de las 22:00.

Ante alguna emergencia deben comunicar a los cabildos (presidentes de comunidades), mencionó el presidente del Movimiento Indígena de Tungurahua (MIT), Segundo Poalacín.

Entre esas medidas que aplican para alejar a la delincuencia, los comuneros han realizado sus actos de ‘purificación’ a algunos sospechosos. Desde mayo hasta la segunda semana de junio se registraron al menos cinco de estos casos.

Diez sospechosos fueron latigueados, bañados con agua fría y ortigados en los cantones Mocha, Ambato, Tisaleo y Pelileo, por supuestos delitos como robo, secuestro y estafas (ver infografía).

Segundo Poalacín, del MIT, sostuvo que “la justicia indígena sigue un debido proceso en el cual el implicado tiene, incluso, opción de defenderse de las acusaciones ante la asamblea que se conforma para analizar el delito, dentro de la jurisdicción indígena. Las sanciones, siempre y cuando no sean delitos, son purificación con agua, ortiga, actividades comunitarias y expulsión de la comunidad”, mencionó. 

El coronel José Santacruz, subcomandante de la Zona 3, resaltó la organización en los barrios. Mediante la alerta temprana por los chats comunitarios han logrado capturar a sospechosos que llegan a crear inestabilidad en los sectores, explicó.

Además, recomendó que los vecinos también se apropien de sus sectores conociendo al que vive en su alrededor, pero alertó que en caso de encontrar a algún sospechoso, en flagrancia, los ciudadanos solo deben retenerlo. Es delito agredirlos.

El jefe policial recalcó que según el artículo 526 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) cualquier persona puede aprehender a quien encuentre cometiendo delito flagrante, pero debe comunicarse de manera inmediata con la Policía Nacional para que los agentes realicen la respectiva detención.

El presidente de la Conogopare, Amable Chaluis, aseguró que para evitar caer en excesos con las ‘purificaciones’, están capacitando a los líderes y habitantes de los barrios para que sigan con las rondas, pero al momento de capturar a un sospechoso se informe a los policías.

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