La Cárcel de Esmeraldas vive una situación de tensión desde la noche del miércoles 10 de enero de 2024, cuando un grupo de reos inició un motín para protestar por el traslado de algunos líderes de bandas delictivas a otros centros penitenciarios.

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Según fuentes militares, la Fuerza de Tareas Conjunta ha desplegado un operativo de patrullaje en los exteriores de la cárcel, realizando disparos preventivos para evitar que los amotinados escalen los techos, paredes y mayas del recinto.

Hasta el momento, según datos oficiales de la Policía de Esmeraldas, se reporta que hay 13 personas retenidas como rehenes en el interior de la cárcel: 10 guías penitenciarios, dos trabajadores administrativos y el director del centro carcelario. Ellos se encuentran bien y no hay reportes de fallecidos o heridos hasta el momento.

Los reos han planteado dos exigencias para liberar a los rehenes: que no se mueva a los cabecillas de bandas de este reclusorio y que no se realicen intervenciones militares dentro del centro carcelario.

Las autoridades han iniciado un proceso de diálogo con los reos, buscando una solución pacífica al conflicto. Sin embargo, no se descarta el uso de la fuerza si la situación se agrava o se pone en riesgo la vida de los rehenes.

La Cárcel de Esmeraldas alberga a más de 2.000 internos, de los cuales el 80% pertenece a bandas delictivas que operan en la zona norte del país. En los últimos meses, se han registrado varios enfrentamientos entre grupos rivales, dejando decenas de heridos y algunos fallecidos.

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