La madrugada de este martes 1 de abril fue marcada por el terror en la ciudad de Machala, luego de que se registraran dos atentados con explosivos en diferentes puntos del cantón. Las detonaciones provocaron daños en viviendas y locales comerciales, aunque no se reportaron víctimas.

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Atentado en barrio La Paz dejó al menos tres viviendas afectadas

El primer ataque se registró alrededor de las 03:50 en el barrio La Paz, parroquia Puerto Bolívar. Un grupo de desconocidos colocó un cilindro de gas cargado con tacos de dinamita junto a una vivienda ubicada en la intersección de la calle 23.ª Oeste y 7.ª Sur. Minutos después, se produjo una explosión de gran intensidad que sacudió el sector.

La detonación afectó al menos tres inmuebles, incluida la vivienda principal, que según la Policía, había sido abandonada días antes por sus ocupantes debido a amenazas previas. Entre las casas impactadas también se encuentra la de un juez, que no era el objetivo del ataque. La onda expansiva desprendió la puerta del garaje y causó daños en dos vehículos estacionados.

Zona acordonada por seguridad

La Policía Nacional acordonó el área para facilitar las investigaciones y evitar la contaminación de la escena. Según los reportes preliminares, una de las paredes de la vivienda principal colapsó y parte de la fachada superior quedó destruida.

Segundo atentado: explosión en un local comercial en el norte de Machala

Horas antes, a la 01:00 de la madrugada, otro artefacto explosivo fue detonado en un local comercial ubicado en la intersección de las calles Guayas y 11.ª Norte. Testigos aseguraron haber visto a varios individuos merodeando el lugar. Uno de ellos dejó un objeto sospechoso en la vereda, y segundos después se escuchó una fuerte explosión.

El estallido fue perceptible en varios sectores del norte de Machala, generando alarma en los moradores, quienes salieron de sus viviendas al escuchar el estruendo.

Estructura dañada y causas desconocidas

La fachada del local comercial sufrió graves daños: parte de la pared colapsó, el techo de zinc se desprendió y la onda expansiva rompió ventanas y dejó un cráter en la acera.

El propietario del inmueble manifestó que allí funcionaba una licorería hasta hace un año y que no ha recibido amenazas. Sin embargo, vecinos del sector aseguraron que, hasta hace pocos meses, el local era utilizado como asadero de pollos. El negocio habría cerrado presuntamente por amenazas, aunque esto no ha sido confirmado oficialmente.

Investigación en curso

Las autoridades no han emitido aún un pronunciamiento oficial sobre los responsables de estos atentados ni los posibles móviles. Ambos casos están siendo investigados por la Policía Nacional y la Unidad Antiexplosivos.

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