A 26 kilómetros del centro de Guayaquil, en medio de un bosque, está el Santuario dedicado al Señor de la Divina Misericordia, uno de los nueve templos de la ciudad a los cuales los creyentes católicos pueden peregrinar para ganar indulgencia (perdón de los pecados) durante este Año Jubilar que la Arquidiócesis iniciará el próximo sábado 18 de enero de 2025.

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En la ruta hacia la vía a la Costa, sobre el lado izquierdo, se puede admirar el colorido y gigante vitral que destaca en la estructura en forma de arco, levantada en tres fases, desde agosto de 2010 hasta julio de 2013. El templo se complementa con un obelisco, edificado a pocos metros, en el cual resalta una cruz.

En medio del silencio que predomina alrededor, desde el interior de esta iglesia de unos 29 metros de alto, a través de sus vitrales se puede apreciar el entorno natural, convirtiéndolo en un espacio propicio para la meditación y reflexión.

Tres cuadros de Jesús de la Divina Misericordia, así como las fotografías del papa Juan Pablo II y de santa Faustina Kowalska, la religiosa polaca a quien le fue revelado el mensaje de la Misericordia, destacan en esta casa de oración que fue consagrada el 8 de septiembre de 2013, según se reseña en una placa en su interior.

Fotos, agradecimientos y peticiones

Bajo una de las imágenes de Cristo, ubicada en el costado izquierdo de la entrada, reposan fotos, notas, cartas y objetos dejados por devotos, en agradecimiento o pidiendo algún favor.

Entre esos pedidos al Todopoderoso constan la súplica que hace una madre para que su hijo se aleje del vicio de las drogas, mientras que otra creyente solicita protección por su familia.

Así, este santuario, que fue visitado y bendecido por el papa Francisco en julio de 2015, guarda los deseos de un indeterminado número de feligreses.

Sillón del papa

Al otro costado de la entrada se exhibe la silla papal utilizada por el Sumo Pontífice en la Eucaristía celebrada en el parque Samanes, en 2015, donada al santuario por la señora Silvia Macías de Chaw.

Aquel sillón, según la placa descriptiva colocada sobre el, fue elaborado para cuando el papa, hoy san Juan Pablo II, visitara Guayaquil en enero de 1985.

Entre naturaleza, recuerdos y plegarias, este particular santuario es uno de los que se pueden visitar en este Año Santo, tiempo en el que la Iglesia concede gracias espirituales, como las indulgencias, a los fieles que cumplan con determinadas condiciones (confesarse, participar de la misa, comulgar).

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