Horroroso, espeluznante, macabro. Así calificaron la profanación de una tumba del cementerio general de la parroquia El Laurel, del cantón Daule, provincia del Guayas, donde sacaron los restos de un hombre asesinado, le dispararon y además lo quemaron.

El teniente Nixon Shigui Lalangui, jefe encargado del Comando policial de Daule, confirmó a EXTRA que no hubo robo, el objetivo era quemar el cadáver y tal hecho sería “un mensaje” para los familiares de la víctima de nombre Eddy, a quien acribillaron con un balazo en la cabeza, en un sector de Guayaquil.

“En el hallazgo del cuerpo quemado no estuvieron sus padres, solo un tío”, detalló el teniente Shigui.

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Aquellos restos fueron enterrados, en un acto breve, en el camposanto de la parroquia dauleña, la tarde del lunes 2 de octubre de 2023. Los trámites del sepelio los gestionó una prima de la víctima, según informe policial.

La profanación de la tumba fue descubierta cerca del mediodía del viernes 6 de octubre de 2023 por el guardia del cementerio, quien encontró la tumba destruida y el cadáver carbonizado junto a ofrendas florales.

Rápidamente, el dependiente comunicó el hallazgo a los representantes del Gobierno Parroquial, quienes lo reportaron a la Policía.

El cadáver, según las primeras investigaciones de la Policía, habría sido sacado en la madrugada del viernes  6 de octubre y quienes lo hicieron treparon las paredes del recinto de descanso eterno.

Una moradora de un barrio colindante al cementerio dijo a los agentes que en la madrugada escucharon las detonaciones de unos disparos y después de ocho horas se enteraron del hecho macabro. “Ni los muertos están seguros de esta ola de violencia que vivíamos”, recalcó la mujer.

Ahora los agentes investigan quiénes son los profanadores, si fugaron en vehículos o en motos. Este sábado 7 de octubre realizaron varias pericias. 

En medio del temor que generó el hecho entre los habitantes de la parroquia, después de la inspección, el fiscal de Daule, Francisco Campo, ordenó nuevamente la sepultura de los restos.

Allegados a la víctima dispusieron que se vuelva a sellar la tumba, con la esperanza de que su ser querido al fin pueda descansar en paz.

Mientras las autoridades atan cabos sueltos y una de las interrogantes es que cómo los profanadores sabían dónde estaba sepultado el joven, porque su sepelio fue muy íntimo. (ERS)

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