En las calles céntricas de Riobamba, provincia de Chimborazo, comerciantes ofertan una gran variedad de artículos necesarios para los diferentes rituales que practican muchas personas para recibir el nuevo año.

Entre los productos más demandados se encuentran uvas, manzanas, lentejas, arroz, velas de diferentes colores con los que buscan atraer dinero, prosperidad, viajes, entre otros.

María Ñauñay, por ejemplo, ofrece los siete sahumerios para la casa, para incrementar las ventas en el negocio, para que un terreno produzca el doble. "Sahume su corral para que se reproduzcan sus animalitos”, decía la mujer en las inmediaciones de la Plaza Roja.

Las plantas amargas y dulces también son buscadas para los baños rituales. “Es para que se vaya todo lo malo y recibir el año con toda la buena energía”, indicó Lorena Arteaga, quien adquirió un atado de las famosas plantas.

Las plantas amargas, como la ruda, el eucalipto y el marco, se utilizan para el baño del 31 de diciembre y sirven para despojarse de todo lo malo que sucedió en el año.

“Las plantas son un canal a través del que nos deshacemos de todo lo malo, limpia la energía, es sabiduría ancestral. El desequilibrio energético que tenemos, el estrés, la ansiedad, la depresión, desequilibran el cuerpo y necesitamos liberarnos de ese desequilibrio energético”, explica Víctor Bravo, estudiante de Medicina Ancestral en la universidad Jatun Yachay Wasi.

Bravo indica que el baño con agua de las plantas dulces, como la manzanilla, la hierba buena y la canela, se debe realizar el primero de enero para recibir el nuevo año con dulzura y frescura. Pero advierte que todos estos rituales deben hacerse con la mejor intención, ya que todos los artículos son solo el canal para los deseos de las personas.