El hombre y los tres menores de edad que fueron secuestrados la mañana del miércoles 20 de diciembre, en Quevedo, Los Ríos, ya están en sus casas. Sus allegados, sin referirse al hecho, solo dan gracias a Dios porque los devolvieron sanos.

Sin embargo, esta situación ha aumentado la zozobra en la ciudadanía quevedeña, que vive con incertidumbre y temor por este tipo de delitos que se están reportando continuamente.

Lo ocurrido con el padre de familia tras ser interceptado por ocupantes de tres camionetas, cuando paró en el semáforo de la vía a Valencia, por la salida al recinto Cañalito, puso con los ‘pelos de punta’ a varias personas.

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Según información policial, la Unidad Antisecuestros y Extorsión (Unase) ya estaba activada. Sin embargo, en horas de la noche del miércoles se dio a conocer que los secuestrados habían sido liberados. La Policía no ha informado si es que pagaron dinero por las víctimas o solamente los dejaron libres.

Un día antes, se viralizó un vídeo en el cual se ve al propietario de una tienda luchando con unos sujetos que a plena luz del día intentaron llevárselo a la fuerza.

Según la fiscal provincial, en la entidad han presentado al menos 81 denuncias por secuestros con extorsión.

El experto en seguridad Mario Pazmiño indicó que los altos niveles de violencia que existen en la ciudad de Quevedo y en toda la provincia de Los Ríos se deben a que en ciertos sectores convergen varias bandas delincuenciales y, por ser ciudades estratégicas, se han establecido estructuras para acopio de alcaloide, que redistribuyen a las plataformas nacionales.

Pazmiño considera que es necesario “un diagnóstico del espacio territorial para realizar una planificación” de control. Mientras, la ciudadanía anda espantada.

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