El presidente Daniel Noboa entregó este miércoles el puente Delta sobre el río Blanco, que conecta a las provincias de Pichincha, Esmeraldas y Santo Domingo de los Tsáchilas, luego de nueve meses de su colapso por las fuertes lluvias.

El puente Delta es una estructura metálica de 125 metros de longitud y 240 toneladas de peso, que tiene dos carriles para vehículos y espacios para el cruce de peatones. Es una solución temporal que permitirá restablecer la conectividad vial entre las tres provincias, que se vieron afectadas por el aislamiento y la pérdida de oportunidades económicas.

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El mandatario, quien llegó al lugar acompañado de varios ministros y autoridades locales, destacó la importancia de esta obra para el desarrollo del país y felicitó al Cuerpo de Ingenieros del Ejército, que logró adaptar el puente bailey, que había sido comprado en 2010 y estaba guardado en Guayaquil, a las condiciones del terreno.

“Este Gobierno no se apodera de ideas, las ejecuta. Esa es la diferencia, ejecutamos obras que benefician a los ciudadanos. No es solo soñar el sueño sino de hacerlo realidad. Quiero agradecer al Cuerpo de Ingenieros del Ejército por su valentía para trabajar porque están comprometidos con el país”, dijo Noboa durante su intervención.

El ministro de obras públicas, Roberto Luque, aseguró que el puente Delta es una solución segura y confiable, que cumple con los estándares de calidad y resistencia. Asimismo, anunció que se está trabajando en el diseño y la construcción de un puente definitivo, que se espera que esté listo en el primer semestre del 2024.

La inversión fue de 4 millones de dólares y el puente Delta tiene una vida útil de 20 años, pero se prevé que sea reemplazado por uno nuevo de 140 metros de longitud, para lo cual se está trabajando en la contratación de los estudios con el Cuerpo de Ingenieros del Ejército.

“Unimos Esmeraldas, Santo Domingo y Pichincha. Tenemos un río con cauce de 125 metros, este puente es habitualmente usado en longitudes de hasta 60 metros, pero el cuerpo de ingenieros lo adaptó a las necesidades del problema. Fue comprado en 2010 estaba embodegado en Guayaquil”, aseguró Roberto Luque, ministro de obras públicas.

El presidente Noboa, quien asumió el poder el pasado 23 de noviembre tras ganar las elecciones anticipadas, expresó su compromiso con el desarrollo de las zonas rurales y el fomento del turismo y la economía de las provincias afectadas por la crisis vial.

El puente Delta sobre el río Blanco beneficiará a los poblados de Nanegal, Nanegalito, San Tadeo, Los Bancos, Mindo, entre otros, que podrán acceder a servicios básicos, comercio y transporte con mayor facilidad y seguridad.

Asimismo, el puente facilitará el tránsito de los vehículos que se dirigen hacia Esmeraldas, una de las principales zonas turísticas del país, especialmente en esta época de Fin de Año.

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“Se restablece la circulación por esta vía muy importante para el turismo y la producción del noroccidente de Pichincha, Santo Domingo y Esmeraldas. Estamos agradecidos porque al final el puente es una realidad”, dijo el alcalde de Santo Domingo Wilson Erazo.

Los beneficiarios directos de esta obra expresaron su satisfacción y agradecimiento al gobierno por la pronta respuesta.

“Gracias a este puente podemos llevar a nuestros hijos a las escuelas y sacar nuestros productos a la ciudad”, dijo la moradora de La Concordia Lenny Martínez.

“Este puente procesa trabajo, producción, turismo y ayuda a generar economía para la Patria”, agregó Luis Ernesto, operador turístico de la zona.

Con la inauguración del puente Delta, se espera que se reduzca el tiempo de recorrido y se mejore la velocidad de circulación, así como que se prevengan posibles accidentes o deslizamientos de tierra por las condiciones climáticas.

DATOS

egún un estudio realizado por la Cámara de Comercio de Santo Domingo, el colapso del puente sobre el río Blanco, en la vía Calacalí-La Independencia, generó pérdidas económicas de alrededor de 100 millones de dólares en los 9 meses que duró el aislamiento vial.

Los sectores más afectados fueron el turismo, la agricultura, la ganadería y el comercio, que vieron reducidos sus ingresos y sus oportunidades de negocio. Además, el cierre de la vía provocó el incremento de los costos de transporte y de los productos de primera necesidad.

-Durante 9 meses quienes habitan en la zona utilizaron lanchas para cruzar de un lado a otro, servicio por el cual pagaban $1.

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