“Mi hermano no está muerto, aún respira ¡Hagan algo policías!”, gritaba el hermano de Juan Gabriel Ayoví Grueso. Pese a que habían llegado paramédicos y confirmaron el fallecimiento de Ayoví, la familia no se resignaba y decía que aún se movía.

A Juan Ayoví, agente de policía municipal, le dispararon cuando patrullaba en la zona céntrica de Machala, El Oro. Eran las 18:30 del viernes 2 de junio de 2023, cuando por unas detonaciones armó el caos en la esquina de las calles Guayas y Rocafuerte, frente a la Gobernación.

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Se pensó que estaban asaltando un banco, pero eran dos sujetos en moto que dispararon a la cabeza del agente municipal.

En minutos, los parientes llegaron al sitio y se resistían a creer en su deceso. Los policías trataban de calmarlos, pero hubo disturbios, mientras el cuerpo emanaba sangre en la esquina de la calle Guayas y Rocafuerte.

Un familiar del fallecido resultó herido, pues en medio del dolor dio un puñetazo a uno de los ventanales de vidrio de una entidad bancaria y lo rompió y terminó con cortes.

Un agente fue agredido. En ese momento lanzaron gas pimienta, pero los curiosos no respetaban la cinta de seguridad. Había embarazadas, adultos mayores y niños.

La policía optó por trasladar el cuerpo de Ayoví al Centro Forense de Machala para las diligencias de Criminalística, sin embargo, los familiares siguieron la camioneta policial y obligaron a que se desvíe al hospital Teófilo Dávila. En la sala de emergencia les confirmaron el deceso del agente por segunda ocasión. Ahí se resignaron.

La policía investiga este nuevo crimen cometido a pocos metros donde se realizaba un acto de entrega del terreno para un cuartel de la policía, con la asistencia del ministro del interior, Juan Zapata; el comandante Fausto Salinas y el alcalde de Machala, Darío Macas.

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