Una noche que prometía diversión y esparcimiento terminó en tragedia para los habitantes de la comuna Manantial de Guangala, en la parroquia Colonche, provincia de Santa Elena. Cuando el reloj marcaba las 23h50 del sábado a un grupo de jóvenes que se encontraba compartiendo en un local de billar del centro de la comunidad. La alegría se les convirtió en terror.

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Sujetos armados que se movilizaban en motocicletas irrumpieron violentamente en el lugar y, sin mediar palabra, abrieron fuego contra los presentes. Las ráfagas de disparos provocaron una escena de caos y desesperación. Tres personas perdieron la vida y otras dos resultaron heridas en el ataque, que ha conmocionado a toda la parroquia.

Dos de las víctimas murieron en el acto, sus cuerpos quedaron tendidos junto a las mesas de billar. La tercera persona falleció mientras era trasladada de urgencia al hospital Liborio Panchana de Santa Elena. Según testigos, los atacantes huyeron a gran velocidad, aprovechando la confusión y el miedo sembrado por el tiroteo.

Las víctimas mortales fueron identificadas como Steven González Rosales, de 18 años, quien recibió un disparo mortal en la cabeza, y su amigo Leonel Rosales, de apenas 16 años, también abatido en el sitio. Ambos eran conocidos en la comunidad y su muerte ha generado consternación entre los vecinos, que los recuerdan como jóvenes tranquilos y trabajadores.

El tercer fallecido fue Héctor Ortega Pozo, de 19 años, quien fue alcanzado por un proyectil en el pecho. Pese a los esfuerzos por salvarle la vida, no resistió durante el traslado al hospital. Las autoridades aún no han revelado la identidad de los heridos, pero se conoce que su estado es delicado y permanecen bajo observación médica.

Miedo en la población

Este nuevo hecho de sangre ha encendido las alarmas en la zona, que en los últimos meses ha visto un aumento en los niveles de violencia. Moradores exigen mayor presencia policial y acciones urgentes por parte de las autoridades para frenar la ola delictiva que amenaza la tranquilidad de sus comunidades. Mientras tanto, familiares de las víctimas claman por justicia y esperan que los responsables no queden impunes.

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