Exclusivo
Provincias

Kelvin Suárez se desplomó y fue a dar al piso, luego de recibir el tiro. Quien disparó lo habría llevado al hospital.Captura de pantalla

Manta: Se le fue un tiro y mató por accidente al asistente de un velorio

Un grupo de hombres esperaba el cuerpo de su amigo; de repente, uno saca un arma, queriendo disparar al cielo, pero la bala le cayó a un joven

La familia de Byron Gutiérrez Zambrano, asesinado de varios tiros la noche del jueves 6 de julio en el barrio 2 de agosto, de Manta (Manabí), colocó una foto para que lo velaran, pues su cuerpo aún permanecía en el Centro Forense de Manta.

Varios de sus amigos llegaron hasta la vivienda del difunto para solidarizarse y hacer presencia ante el duro momento. Lo que nadie esperaba es que la muerte de Byron no iba a ser la única de la noche en la zona. El café con rosca, el aguado y la desgracia tocaron otra puerta.

(Te invitamos a leer: Quevedo, El Carmen y Santo Domingo, las ciudades donde el terror reina en las noches

Eran eso de las 02:00 de la madrugada del viernes 7 de julio. Los tragos y las lágrimas se hicieron presentes. De repente la tragedia, multiplicó la tristeza.

Según el registro policial, en el grupo se encontraba Antonhy Cedeño, quien sacó a relucir un arma de fuego y realizó varios disparos al aire, en el accionar se le escapó un disparo que cayó justo en el pectoral de Kelvin Suárez Pin, de 28 años, quien estaba llorando frente a la foto de su amigo Byron Gutiérrez.

Kelvin fue llevado de urgencia al Centro de Salud Daniel Acosta, de la parroquia Eloy Alfaro, donde llegó sin signos vitales. Cuando los agentes llegaron a la casa de salud, el cuerpo de Kelvin estaba inerte sobre una camilla. El tiro fue letal.

La Policía Nacional realizó un allanamiento para tratar de localizar al causante de este hecho, quien se dio a la fuga. Hasta el momento no se ha dado la captura del sospechoso.

  • COSTUMBRES EN VELORIOS

El lanzamiento de tiros al aire se ha convertido en un acto que se repite durante velorios y sepelios de personas víctimas de hechos violentos. En muchos de los casos se acompañan esos momentos con caravanas de carros y música a todo volumen, más el rugir de las motos. Lo hacen como una especie de homenaje o cumplir el pedido (en vida) del difunto.

El último caso de una despedida masiva y cargada de bullicio fue la de Jefferson Emilio Santana López, alias el Moro, brazo derecho de alias Fito, líder de la organización Los Choneros, asesinado en Montañita en mayo pasado. Sus panas le rociaron cerveza al cadáver, le fotografiaron con armas y recorrieron algunas calles con música de corridos rancheros.

¿Quieres seguir leyendo más contenido de calidad, de manera ilimitada? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!