Exclusivo
Provincias
Machala: Militares encontraron caletas con armas en cárcel
Uniformados explotaron las puertas principales y entraron con tanquetas de guerra a la cárcel de Machala
Alrededor de 900 uniformados entre militares y policías ingresaron al Centro de Privación de Libertad de Machala, para tomar el control total, mientras los familiares de los reos aguardaban en los exteriores para pedir que no se dispare. Lo que encontraron fue: armas, municiones y cuchillos que estaban encaletados en la tierra.
(Lee también: Ecuador: La historia y los grupos terroristas en guerra con el Estado)
Todo empezó a las 05:30 de la madrugada de este domingo 14 de enero, cuando una fuerte explosión alarmó a los habitantes del casco central de Machala, donde está ubicado el centro penitenciario.
A esa hora los uniformados hicieron explotar las dos puertas del penal para que ingresen las tanquetas de guerra. Una vez dentro intervinieron el pabellón de máxima seguridad y luego toda la cárcel. La intervención duró tres horas. A las 08:00 el control de la cárcel era total, así lo informó las Fuerzas Armadas en su cuenta de X (antes Twitter).
Luego que revisaron minuciosamente la cárcel, encontraron dos caletas que estaban en la tierra, allí guardaban las armas de fuego, municiones y cuchillos.
En videos que hicieron circular las Fuerzas Armadas, se puede observar que los uniformados hicieron pintar los murales de la banda terrorista, Los Lobos, que estaban en una de las paredes posteriores de la cárcel donde hay 1.488 privados de libertad, cuando el penal tiene la capacidad de albergar a 500 reos.
GUÍAS
Antes de la intervención total, los privados de libertad entregaron a los 15 guías penitenciarios que estaban secuestrados por seis días. “Nuestra felicidad no es completa, nos falta uno, nos falta nuestro comando Daniel Tinitana”, gritaba una de las guías penitenciarias, al recordar la muerte de su compañero, quien habría sido utilizado como escudo humano por parte de los privados de libertad.
La noche del sábado, hubo escenas dramáticas, los familiares de los guías abrazaban a sus seres queridos. “Seis días sin ver a mi hijo, sin darle el seno, lo que vivimos fue un infierno”, decía otra celadora.
Al final, la cárcel fue controlada por los uniformados que permanecen en el reclusorio hasta arreglar las entradas principales.
¿Quieres leer sin límites? ¡Suscríbete!