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Machala: Hombre volvió a barrio donde vivía y murió con balazos en la cabeza
La víctima estaba en el exterior de la casa, conversando con unos amigos y motorizados les dispararon armas de fuego
Esta vez, Kléber Enrique Largo Ochoa no pudo escapar de la muerte. Le propinaron dos disparos en la cabeza, mientras conversaba y bebía con dos amigos, fuera de su casa, en el barrio Nuevo Pilo, sur de Machala, provincia de El Oro.
Agentes de la Dirección de Muertes Violentas (Dinased) hicieron un barrido de cámaras para poder identificar a los atacantes. “Estamos averiguando y parece que ya tenemos una línea investigativa, pero no podemos dar mayores detalles porque aún estamos en flagrancia”, dijo un agente a cargo del procedimiento.
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La policía conoció, por versión de familiares, que Largo sufrió dos ataques antes. El 19 de agosto de 2023, unos sujetos que cometieron un tiroteo que cobró la vida de dos amigos y él quedó herido.
Después, el 31 de agosto del mismo año, le arrojaron una dinamita en su casa. Él salió ileso y decidió abandonar la ciudad. Colocó un letrero para arrendar su vivienda. En las últimas semanas, lo vieron en la barriada. Largo regresó, creyendo que ya no corría peligro, que todo se había calmado.
¿Cómo se dio el ataque?
Alrededor de las 20:00 de este viernes 3 de mayo de 2024, según datos proporcionados por testigos, dos individuos a bordo de una motocicleta negra llegaron al sector y realizaron múltiples disparos contra las tres personas que se encontraban sentadas en el exterior de la vivienda.
Largo Ochoa, de 42 años, fue trasladado por familiares al hospital Teófilo Dávila con dos heridas de bala en la cabeza, pero falleció poco después de su ingreso. Mientras que a una cuadra de la vivienda se encontraba el cuerpo de Juan Diego Armijos Gómez. Él corrió para salvar su vida, pero los sicarios lo alcanzaron y quedó en una esquina.
“Mi Coco (como se lo conocía), levántate, tú estás vivo. Por favor, ayúdeme a llevarlo, él aún respira”, gritaba una mujer que se abalanzó al cuerpo de Armijos. Le quitó la gorra, le pudo ver que la víctima tenía un orificio de bala en la cabeza. Los familiares, entre lágrimas y gritos, no se resignaban a que su ser querido estuviera muerto.
Por los ataques anteriores en la misma casa, los agentes investigadores sospechan de una rivalidad, que el ataque habría sido un acto ‘dedicado’, en especial, una de las víctimas. (FC)
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