En una tarde de domingo que prometía ser tranquila, el Malecón Río Quinindé se convirtió en el escenario de un crimen que ha dejado a la comunidad en estado de conmoción. Carlos Vicente Perea Zambrano, un joven de aproximadamente 18 años, fue asesinado a sangre fría, un acto de violencia que ha encendido las alarmas sobre la creciente inseguridad en la zona.

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Familiares comentaron que la víctima, a quien conocían también con el alias de Pájaro, estaba por graduarse en una academia militar de la localidad.

Los testigos relatan que alrededor de las 14:00 de este domingo 3 de noviembre, el sonido de al menos cinco disparos resonó en el aire, interrumpiendo la calma habitual del malecón. Las risas y conversaciones de los paseantes se transformaron en gritos de terror. Carlos, quien disfrutaba de una velada con amigos, fue sorprendido por un grupo de hombres armados que, sin piedad, le arrebataron la vida.

La escena fue dantesca: el cuerpo de Perea Zambrano yacía en el suelo, rodeado de un charco de sangre, mientras los agresores se daban a la fuga en un vehículo que desapareció en medio del tumulto.

La noticia del asesinato se propagó rápidamente, dejando a la comunidad en un estado de incredulidad y miedo. "No puedo creer que esto haya pasado aquí, en nuestro malecón", comentó una vecina, visiblemente afectada.

Las autoridades han iniciado una investigación exhaustiva para dar con los responsables de este atroz crimen. Sin embargo, la falta de pistas y la creciente ola de violencia en la región plantean serias dudas sobre la capacidad de la policía para resolver el caso. "Estamos trabajando arduamente para esclarecer los hechos y llevar a los culpables ante la justicia", declaró un portavoz de la policía local. Pero la desconfianza en las instituciones crece, y muchos se preguntan si alguna vez se hará justicia por Carlos Vicente Perea Zambrano.

Este trágico suceso no solo es un recordatorio de la fragilidad de la vida, sino también un llamado urgente a las autoridades para que tomen medidas efectivas contra la violencia que azota a la región.

Este es el segundo asesinato al estilo sicariato que ocurre en el Malecón del Río Quinindé, también conocido como El Bajo.

El pasado 7 de octubre de 2024, ocho disparos cegaron la vida a Manuel Montenegro, quien fue llevado a emergencias, pero solo se certificó su deceso. En esa ocasión, los pistoleros llegaron en moto.

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