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Ocurrió en el recinto de Chaflú, parroquia rural Chinca, Esmeraldas.CORTESÍA.

Esmeraldas: Incendio deja a dos madres solteras y sus familias sin hogar

Eran poco más de las 22:00 del pasado martes 13 de agosto cuando las llamas devoraron la vivienda de Rosa Casierra

La oscuridad de la noche fue interrumpida por un feroz incendio que arrasó con todo a su paso en el pequeño recinto de Chaflú, parroquia rural Chinca, Esmeraldas. Eran poco más de las 22:00 del pasado martes 13 de agosto cuando las llamas devoraron la vivienda de Rosa Casierra, una madre soltera que, junto a sus cuatro hijos y su pequeña nieta, se ha quedado sin un techo bajo el cual refugiarse.

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Rosa, que apenas sobrevivía con un pequeño emprendimiento que sostenía con esfuerzo, ahora enfrenta la desgarradora realidad de no tener dónde vivir. "Lo perdimos todo, nos quedamos solo con la ropa que llevábamos en el cuerpo", sollozó, con los ojos llenos de lágrimas y la voz rota por el dolor.

Junto a Herminia Salcedo, otra madre soltera, lideraba su hogar con valentía. Herminia, con dos hijos de 7 y 10 años, también quedó desamparada tras el voraz incendio que redujo a cenizas todas sus pertenencias.

El fuego, avivado por el viento de la noche, avanzó con una velocidad incontrolable. Los vecinos, desesperados, intentaron combatir las llamas con baldes de agua y tierra, pero sus esfuerzos fueron en vano.

Las llamas no sólo consumieron la casa de Rosa y Herminia, sino que también alcanzaron parcialmente la vivienda de Óscar Ortiz.CORTESÍA.

Las llamas no sólo consumieron la casa de Rosa y Herminia, sino que también alcanzaron parcialmente la vivienda de Óscar Ortiz, vecino del barrio Lindo, donde se perdieron colchones y otros enseres esenciales.

"Nos hemos quedado en la calle", implora Rosa, con el peso del mundo sobre sus hombros. En estos momentos de desesperación, su única esperanza es la solidaridad de la sociedad y la respuesta de las autoridades. "Mis hijos y yo no tenemos dónde dormir, estamos quedándonos en casas de vecinos, pero no podemos vivir así para siempre".

Nada pudieron hacer los bomberos

Los bomberos de Viche, ubicados a 12 kilómetros de distancia, fueron los primeros en llegar y lograron contener las llamas antes de que se extendieran más. Sin embargo, el daño ya estaba hecho. Dos familias han perdido lo poco que tenían, y Rosa, con su familia al borde de la desesperanza, pide con el corazón en la mano que no las abandonen en su hora más oscura.

Ahora, esta madre soltera suplica ayuda para reconstruir lo que el fuego les arrebató. "No pedimos mucho, solo un lugar seguro para mis hijos y nietos. Ya no sé qué hacer", expresa con la mirada perdida entre las ruinas de lo que una vez fue su hogar.

Las autoridades han sido notificadas, pero la comunidad sigue esperando una respuesta contundente que pueda devolverles la esperanza.

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