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Esmeraldas: El fenómeno de El Niño los hace temblar
Tras el cierre de un albergue, nueve familias volvieron a sus casas destruidas. Ahora temen al desastre que se avecina
Para Silvia Pinillos, desde las inundaciones del pasado 4 de junio de 2023, en Esmeraldas, servirse las tres raciones diarias se le ha vuelto, prácticamente, un lujo. Cuando tiene para el desayuno le falta para el almuerzo, merienda o viceversa.
Esta mujer de 42 años, con un grado de limitaciones en su capacidad mental, y madre de una niña de 2 años, dice que subsisten de lo poco que gana su esposo en trabajos esporádicos como obrero. Ellos viven en la parroquia Vuelta Larga, sur de Esmeraldas, una de las zonas más afectadas por el desbordamiento del río Teaone, donde temen un nuevo desastre.
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Silvia y su familia pasan sus días en una pequeña covacha con piso de tierra, paredes hechas con trozos de madera y por techo hojas de zinc remendadas que levantó en un espacio que le fue cedido por un familiar.
De a poco tratan de levantarse porque su casa y todas sus pertenencias fueron arrastradas por la corriente aquella mañana del 4 de junio.
- OTROS AFECTADOS
Silvia y su familia dormían hasta hace dos semanas albergados en la Unidad Educativa León Febres Cordero, en la zona de Vuelta Larga, pero debieron salir porque el sitio de alojamiento temporal cerró.
Otras nueve familias que permanecían allí también tuvieron que regresar a sus casas aún destruidas.
Ernesto Lara es otro de los afectados. Sus pocos enseres fueron arrastrados por la corriente. El hombre cuenta que estuvieron durante 42 días en el albergue de la mencionada unidad educativa y en medio de la incomodidad, no les faltó comida, pero al volver a su casa hacen ‘malabares’, porque no tienen implementos para prepararse algo. Unos vecinos les prestan una cocina y gas para cocinar.
El hombre cuenta que mantenía a su familia con la producción de verde y cacao, pero perdió más de 300 plantas y quedó sin ingresos. Realiza trabajos eventuales en albañilería o en propiedades vecinas para tener con qué alimentar a los suyos.
- SIN AGUA
Margarita Valdez también perdió todos sus enseres, pero por la solidaridad de amigos y vecinos tiene una cocina para preparar unos alimentos, pero no tiene agua.
Para cocinar le toca comprar bidones y lava la ropa en el río. “No tenemos otra opción porque no tenemos agua”, asegura la señora que labora como empleada doméstica y ayuda económicamente a sus hijos y nietos.
- PREOCUPACIÓN
Pero más allá de si la ayuda llega o no, la principal preocupación de los damnificados es enfrentar una nueva tragedia ante la inminente llegada de El Niño.
Desde el Municipio de Esmeraldas se empiezan a tomar previsiones. Técnicos de la Alcaldía, Secretaría Nacional de Riesgos, Gobierno Parroquial de San Mateo y concejalía rural, iniciaron esta semana el levantamiento de información técnica para determinar el grado de afectación que los afluentes pueden causar durante el fenómeno de El Niño Oscilación del Sur.
Según el alcalde Vicko Villacís, con los resultados de este levantamiento se podrá tomar decisiones informadas y planificar acciones preventivas.
Además, se espera que este estudio contribuya a la formulación de políticas públicas orientadas hacia la gestión de riesgos y la protección del patrimonio natural y humano en la zona.
- FALTA DE DOCUMENTOS, GRAN FALLA
En el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) se informó que 616 personas han sido habilitadas para recibir el Bono de Contingencia que el Gobierno ofreció a los damnificados por las inundaciones en Esmeraldas. El pago de este recurso se inició el 5 de julio.
Según César Gracia, defensor del Pueblo en Esmeraldas, el Gobierno debió simplificar los trámites para que los damnificados puedan acceder a la ayuda, pues en muchos casos, las personas perdieron sus documentos personales y eso los ha dejado de brazos cruzados, sin poder reclamar ningún beneficio.
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