La parroquia rural de San Mateo, en Esmeraldas, fue el escenario de otro brutal asesinato que ha dejado a toda la comunidad en estado de shock y terror. Hólger Josué Arroyo Quiñónez, un dedicado enfermero de 38 años, conocido cariñosamente como "Doctor" por todos los que lo apreciaban, fue ejecutado a tiros la tarde de este miércoles 21 de agosto, en lo que parece ser otro despiadado caso de sicariato.

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El fatídico hecho ocurrió a las 17:00 aproximadamente en el control de la parroquia San Mateo. Las balas que acabaron con la vida de Arroyo Quiñónez no solo desgarraron su cuerpo, sino también los corazones de una comunidad que aún no logra comprender por qué alguien que dedicaba su vida a salvar a otros fue víctima de una muerte tan cruel.

La Policía Nacional, ante la consternación de los presentes, realizó el levantamiento del cadáver y lo trasladó a la morgue, mientras las preguntas sin respuesta aumentan entre los vecinos.

Arroyo Quiñónez no solo era un ángel en el Subcentro de Salud del cantón Rioverde, donde ayudaba a los más necesitados; también, en sus días libres, realizaba fletes en su motocicleta, buscando llevar sustento a su familia.

Quienes lo conocieron lo identifican como un hombre de bien, trabajador, entregado a su labor y a su hogar. Hoy, su partida deja en la orfandad a cuatro hijos pequeños, quienes han quedado destrozados por la cruel realidad de haber perdido a su padre de manera tan violenta e incomprensible.

Oriundo de Rioverde, pero con más de 15 años de residencia en San Mateo, Arroyo Quiñónez había echado raíces en esa comunidad que ahora llora su pérdida. Este nuevo crimen vuelve a encender las alarmas en Esmeraldas, donde el sicariato parece no tener freno y donde las familias viven con el miedo constante de que la violencia toque a su puerta.

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