La celebración del nuevo año se tornó en tragedia en Esmeraldas, donde la alegría y la esperanza fueron reemplazadas por el terror y la desolación. En el barrio Miramar, dos amigos, Dixon Fabián Quiñones Véliz y Darwin Daomi Garcés Arce, se convirtieron en las víctimas de un ataque a mano armada, las primeras del 2025 en Esmeraldas.

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La madrugada de este 1 de enero, mientras el mundo entero levantaba sus copas para brindar por un futuro prometedor, estos jóvenes se encontraban disfrutando de la festividad. Sin embargo, su alegría fue abruptamente interrumpida cuando, a bordo de motocicletas, se acercaron sus victimarios. En un acto de desprecio absoluto por la vida, uno de ellos se dirigió a Dixon con una frase que resonaría en el aire como una sentencia: "Esta es tu última vacilada".

Tras esas palabras, el sonido ensordecedor de los disparos rompió la calma de la noche. Testigos afirman que, en un instante, la risa y los abrazos se convirtieron en gritos de horror. Darwin, quien se encontraba con la cabeza agachada, también fue alcanzado por las balas, convirtiendo lo que debía ser una celebración en un escenario de muerte y desolación. Los agresores, tras cometer su atrocidad, huyeron con rumbo desconocido, dejando atrás un rastro de dolor y confusión.

Otro hombre fue asesinado en la Isla Luis Vargas Torres

Pero esta no fue la única tragedia que golpeó a Esmeraldas también en la madrugada del 1 de enero. En la Isla Luis Vargas Torres, un joven conocido como "Piura" salió de su casa con la ilusión de disfrutar de la festividad junto a amigos. Sin embargo, en cuestión de minutos, su vida se apagó.

Según relatos de quienes presenciaron el horror, "Piura" fue sorprendido por sus agresores en medio de la celebración, quienes dispararon en repetidas ocasiones, convirtiendo la alegría en llanto.

El barrio Isla Piedad, cercano al colegio Ángel Barbizzotti, se convirtió en el escenario de un crimen que dejó a todos atónitos. La noticia de su muerte se esparció rápidamente, llenando de luto a una comunidad que apenas comenzaba a asimilar el dolor de la primera tragedia.

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