Varias familias con el alma rota y el corazón destrozado exigen justicia tras el accidente de tránsito que involucró a un bus de la cooperativa Trans Esmeraldas, en el cual murieron cuatro personas, entre ellas dos menores de edad.

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“Somos gente de pocos recursos y no sabemos cómo vamos a afrontar esto. Necesitamos que la cooperativa se haga responsable”, gritaba entre lágrimas un familiar de las víctimas, en los exteriores del Centro Forense de Esmeraldas.

Una de las parientes que lloraba impotente era Maribel Moreno. Sus sobrinos de 6 y 11 años, hijos de su hermano Hernán Moreno, fallecieron en el siniestro.

Los niños y sus padres, Hernán y Leticia Caicedo, de la parroquia Galera, cantón Muisne, estaban entre los pasajeros. La mamá llevaba en sus piernas a la pequeña y el papá sostenía al varón, todos quedaron atrapados cuando el autobús se volcó, pasadas las 22:00 del viernes 15 de noviembre.

Conocida empresaria es otra de las víctimas

El transporte había salido de Atacames con destino a Quito y el siniestro ocurrió 10 minutos después de la partida, en el sector Piedra Fina. Los progenitores sobrevivieron, pero se encuentran en estado crítico en el Hospital del Sur, de Esmeraldas.

María Luisa Gualotuña, una conocida empresaria de Tonchigüe, en Atacames, es otra de las víctimas mortales. Su vida, marcada por años de esfuerzo y trabajo en su ferretería, se apagó en cuestión de segundos, dejando a su familia y amigos en el dolor.

La Policía y autoridades de tránsito investigan el caso para dar con los responsables. Mientras os familiares de las víctimas exigen justicia y respuestas de parte de la cooperativa,

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