Los brazos y una pierna encontrados en playa Los Ranchos, de la parroquia Crucita, en Portoviejo, provincia de Manabí, el 23 de febrero de 2024, pertenecerían a Keylin Oana Soriano Esmeralda. Para confirmar esta identificación, los restos fueron trasladados al Centro Forense de Manta, donde se llevarían a cabo las pericias necesarias.

La comunidad LGBTI, movida por el rechazo al crimen de una de sus integrantes, pide una investigación exhaustiva para esclarecer las circunstancias de este trágico suceso que se habría dado por desprecio.

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Para este colectivo, lo ocurrido a Soriano Esmeralda no debería ser considerado una muerte violenta más. Lo catalogan como un brutal asesinato ligado al odio hacia los integrantes de los grupos diversos.

Adriana Romero, psicóloga clínica e integrante de la comunidad, dijo que cuando una mujer trans sale al mundo y expresa su feminidad es juzgada, criticada y señalada solo por el hecho de existir, pues el sistema considera que está traicionando los privilegios de la norma.

“El crimen de odio está claro, que es lo que hace el hombre cisgénero, querer ajusticiar a su propio sexo y género a través del asesinato de una mujer trans femenina. Lo hace deliberadamente, cree que tiene el poder absoluto de tomar la vida de otra persona, de cortar sus brazos, sus piernas, su cuerpo y regarlo en varias partes, generando un mensaje de victimización, de miedo profundo ante la sociedad y al grupo GLBTIQ+”, argumentó Romero, quien trata casos de afectaciones físicas y psicológicas de la comunidad.

Según Romero, en 2010 empezaron a señalarse los crímenes de odio en Ecuador, con los casos de trans feminicidios. “Estos casos lamentablemente no son tan relevantes para la sociedad. El sistema patriarcal los rechaza, empieza a justificar que se les lastime y se les vulnere, porque se está mostrando como el género que se puede mancillar de acuerdo a sus supuestas normas”, acotó.

La Federación de Organizaciones LGBTI del Ecuador considera que las circunstancias que rodearon este hecho son atroces. Por ello han expuesto su repudio y piden a los organismos de justicia tomar cartas en el asunto.

La policía trata de ubicar el resto del cuerpo de Oana, quien era descrita por sus seguidores de redes sociales como hermosa, sensual y natural. En su cuenta de Facebook, la joven posteaba fotografías muy sexys, se mostraba con faldas cortas, trajes de baño. Incluso, subía videos con bailes ‘picantes’ mostrando su derrier.

Oana se había hecho grabar unos tatuajes: una especie de flecha en el pecho, otro en la espalda y uno más en una de sus piernas, por el cual fueron identificados los restos, la frase: “Cuando de soñar se trata, el cielo es el límite”. (AG)

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