Unas 5.000 familias en Chone, provincia de Manabí, sufren las consecuencias de las intensas lluvias caídas desde el lunes. Lo que viven es considerada como la peor desgracia de los últimos 30 años.

Un 85 % del territorio chonense quedó bajo el agua, según declaró el alcalde Leonardo Rodríguez. Unas 12.000 viviendas fueron afectadas y de estas, hasta este viernes 23 de febrero de 2024, más de 5.000 seguían anegadas.

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Uno de los detonantes del desastre fue el colapso de su sistema de salud. En los hospitales del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) y Napoleón Dávila Córdova suspendieron citas médicas y hasta cirugías por el ingreso del agua.

Miguel Luis Delgado, gerente del Napoleón Dávila, dijo que “tuvimos una respuesta y asistencia del Ministerio de Salud Pública para lograr preservar la vida de pacientes críticos. Por ejemplo, trasladamos 9 neonatos, tres de ellos que requerían asistencia respiratoria mecánica”, explicó el funcionario.

El agua que ingresó a las instalaciones hospitalarias afectó al área de imágenes. El tomógrafo, mamógrafo y radiógrafo se descompusieron. Asimismo, entró agua a las bodegas donde se guardan los insumos.

Por daños en los equipos de potabilización de la empresa Aguas de Chuno y los niveles de turbiedad alto del agua, suspendieron el servicio. Hasta la noche del jueves 22 de febrero de 2024 tenían 72 horas sin líquido vital. Los aprovisionaron con tanqueros. “No solo se trata de agua, es salud, es vida”, dijo José Morales, habitante del barrio San Felipe.

En la zona céntrica del cantón Chone, unos 500 comerciantes sufren una ‘lluvia de pérdidas económicas’. Unos comerciantes colocaron muros con sacos llenos de piedra para mitigar el paso del agua hacia el interior de sus locales.

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Muchos están de brazos cruzados, como Edison Zambrano, propietario de una ferretería. Él esperaba a algún cliente que por lo menos le deje algo para la ‘jama’ del día. “La situación es adversa, muy complicada”, lamentó.

Las pérdidas económicas, según el último informe del Cabildo de Chone, superan los 45 millones de dólares. Al menos 10.000 hectáreas de sembríos de plátano, cacao, maíz, entre otros, están anegados.

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