Darwin Manuel Andrade Cedeño, de 43 años, trabajaba como despachador de turnos en el área de admisión de emergencias del hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) de Manta. A las 06:15 de este miércoles 21 de agosto, cuando faltaban 45 minutos para terminar su jornada de trabajo nocturna, fue atacado a balazos por uno de los dos hombres que ingresaron al área haciéndose pasar por pacientes. El otro sujeto habría agredido a un guardia con un golpe, dejándolo herido.

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El ataque desató minutos de terror. El incidente ocurrió en la misma área donde hace 19 días se registró otro crimen. El personal médico, administrativo y los pacientes se lanzaron al suelo al escuchar la ráfaga de disparos.

Andrade cayó al suelo, derramando sangre. Sus compañeros en el área de emergencias, aterrorizados, se taparon los rostros mientras los agresores huían en un vehículo negro que los esperaba afuera del hospital.

“Otra vez, no puede ser. No estamos seguros aquí. No ha pasado ni un mes y vengo a hacerme atender y termino con una crisis nerviosa”, exclamaba una adulta mayor mientras se retiraba con muestras de orina y heces para realizarse unos exámenes. Inmediatamente, llegaron al hospital militares y policías. La suspensión de los servicios generó largas filas de pacientes que esperaron al menos dos horas para recibir atención.

Emerson Luna, jefe policial del Distrito Manta, informó que los sicarios usaron armas de calibre 9 milímetros para llevar a cabo el ataque. En el lugar se recogieron 10 indicios balísticos y se revisaron las cámaras de seguridad.

“Se trata de un ataque selectivo, sin blancos colaterales. Los sujetos ingresaron haciéndose pasar por pacientes y luego huyeron hacia las periferias. Sin embargo, gracias a información de inteligencia, se inició una persecución que resultó en la aprehensión de dos sospechosos”, dijo Luna.

El oficial añadió que las labores de búsqueda se extendieron a los barrios La Revancha y Sí Vivienda, donde se capturaron a dos sospechosos del ataque. Uno de ellos resultó herido en una extremidad, aparentemente durante un intercambio de disparos. 

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Darwin Manuel Andrade Cedeño, conocido como Ñato, según reportes de medios locales fue vinculado al asesinato de José María León Murillo, suscitado en enero de 2009. En ese entonces se lo asoció con la banda organizada Los Choneros.

En dicho caso también fue investigado Leodan Macías Villamar, alias Lan, asesinado en 2010. Lan era hermano de Adolfo Macías, alias Fito, actualmente prófugo y cabecilla de la organización delictiva Los Choneros.

El asesinado, según la página judicial, registra procesos por robo, delitos contra la propiedad, muerte y asesinato. Para la policía, su crimen podría ser producto de una venganza.

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