La tranquilidad del valle San Rafael, en el sur de Esmeraldas, se desmoronó en un abrir y cerrar de ojos la tarde de este sábado 14 de diciembre de 2024, cuando la vida de Jean Carlos Becerra Quiñónez, un joven de tan solo 26 años, fue arrebatada de manera brutal.

La víctima se dedicaba a vender gas y era conocido por su dedicación y esfuerzo, sin embargo, se convirtió en la última víctima de una ola de violencia que azota la zona sur de Esmeraldas.

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Jean Carlos, quien también se ganaba la vida realizando fletes en su motocicleta, fue asesinado a tiros en un acto que dejó a la comunidad consternada. Testigos relatan que el sonido de las balas resonó en las calles, interrumpiendo la rutina diaria y sembrando el miedo entre los vecinos.

Su cuerpo quedó tendido sobre la vereda, justo frente a un local de venta de pollos asados, un escenario que debería ser un lugar de encuentro y no un punto de luto.

El dramático dolor de una madre 

La madre de Jean Carlos, visiblemente afectada, expresó su dolor: "Es el tercer hijo que pierdo, tanto que lo cuidaba. Solo me queda una hija". Sus palabras, cargadas de tristeza, reflejan el impacto devastador que la violencia tiene en las familias, muchas de las cuales han sido despojadas de sus seres queridos en circunstancias similares.

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El valle San Rafael ha sido testigo de un alarmante incremento en los crímenes violentos, incluyendo asesinatos al estilo sicariato y robos a mano armada. La comunidad vive en un estado constante de pánico, donde cada día representa un nuevo desafío para la seguridad.

Los habitantes claman por la intervención de las autoridades, demandando mayor control y protección en sus barrios.

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