“Declara, dónde está la camioneta”, “Aquí te vamos a enseñar a dejar de estafar a la gente y ponerte a trabajar”, eran entre algunas de las frases de las mujeres que le hicieron el castigo indígena a un presunto estafador.

La justicia indígena se realizó en Pucará, comunidad de la parroquia Pilahuín de Ambato, provincia de Tungurahua. El presunto estafador fue identificado como Alejandro Vera.

De acuerdo a los habitantes del sector, el hombre habría comprado una camioneta con transferencia falsa. El presunto estafador fue ubicado y trasladado a la comunidad el lunes 31 de julio, según reporte del ECU911.

La comunidad se mantuvo en asamblea hasta que se hicieron todas las indagaciones. En la reunión general, el afectado encaró al sospechoso con quien hicieron el negocio de una camioneta.

Cuando acordaron el precio, el presunto comprador mostró una trasferencia desde una cooperativa de ahorros en la capital. El afectado al ver el recibo entregó el carro, pero cuando quiso retirar su dinero se percató que todo fue falso.

De inmediato, junto a su familia realizó la búsqueda de la camioneta y la localizaron en el kilómetro 5 de la vía a Guaranda. Los comuneros le cerraron el paso, dos sujetos salieron del vehículo y uno fue capturado.

Después de dos días de tenerlo en la comunidad, la tarde y noche del miércoles 2 de agosto, donde los habitantes preguntaron quién y de dónde era, el sujeto fue ‘purificado’.

Fueron las mujeres quienes dirigieron el ritual de castigo. Los hombres ataron al sujeto con dos cabos largos y con eso lo hundieron por varias ocasiones en una piscina de agua helada de reservorio, mientas las mujeres lo ortigaban. 

“Ya no, por favor. ¡No me castiguen!”, suplicaba el sospechoso, gritos que fueron ignorados por la comunidad quienes siguen alertando que el mismo castigo tendrán los delincuentes que osen a irrumpir la paz en Pilahuín.

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