En las pasadas elecciones de la primera vuelta se dio, posiblemente, el más alto porcentaje de votos de “rechazo”, es decir nulos y blancos, del que se ha tenido conocimiento en la historia comicial del país. La cifra superó el 25%, lo que quiere decir que una buena parte de la población ecuatoriana con derecho al sufragio no fue convencida por las tantas ofertas que hicieron al electorado quienes formaron parte de los 16 binomios que compitieron en las urnas.

Al parecer, por las posiciones tomadas por diferentes grupos de ciudadanos frente a las dos opciones que presentan los candidatos ya finalistas para el balotaje, este porcentaje de votos no identificados con ninguno de esos binomios podría aumentar, salvo que a última hora se establezcan sorpresivos pactos o acuerdos entre las agrupaciones que participan actualmente en la vida política del país.

Al quedar descartada la candidatura de Yaku Pérez, luego de fracasar en sus reclamos y pedidos de revisión de miles de actas ante el TCE, la gran masa indígena que forma parte de Pachakutik ya lo ha advertido: depositarán en blanco sus votos en las urnas o los anularán para no favorecer a Lasso ni a Arauz. A su vez, la directiva de la Izquierda Democrática, partido que tuvo una significativa cantidad de votos en febrero pasado, declaró que no se pondrá a favor de ninguno de los finalistas, el uno por pertenecer a la derecha y el otro por representar a un pernicioso populismo.