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Opinión

Editorial: No nos volvamos como ellos

Si empezamos a creer que hacer justicia es tener la libertad de quitarles la vida a otros, a manera de compensar el daño que nos hacen o simplemente para cortarlo de raíz, entonces estamos perdidos. Como país y como personas.

Si bien es cierto la escalada de violencia delictiva que enfrenta Ecuador ha generado una indignación que agobia a la gente, esta no puede convertirse en pretexto para quebrantar los límites de la justicia. Y que esta actúe mal o bien, bajo presiones a veces o haciendo favores a cambio de un buen pago, tampoco lo justifica. Que esa indignación no envenene nuestra alma. Que no mate nuestra paz.